La obra de rehabilitación del convento de Las Terreras es una de las más ambiciosas que tiene por delante el Ayuntamiento de Ciudad Real, que está inmerso en trámites y actuaciones burocráticas previas al inicio de los trabajos. Por este motivo, el concejal de Obras, Miguel Hervás, afirmó que las actuaciones no comenzarán, «como mínimo, en un mes», es decir, a partir de mayo, si bien ya se ha avanzado en la aprobación del cambio de uso de este antiguo convento o en la aprobación del plan de seguridad y salud.
Hervás recordó que «lo importante es consolidar el edificio», con problemas de humedades en la cubierta y en otras zonas del inmueble, un deterioro que ha ido ganando terreno desde que las hermanas Concepcionistas Franciscanas abandonaron el convento en 2009, fecha desde la cual, el viejo convento ha estado cerrado.
En este sentido, el edil subrayó la necesidad de actuar para combatir esa problemática y evitar «que se nos venga abajo», por lo que el objetivo es destinar «todos los recursos para consolidar el edificio» y poder darle el uso turístico y gastronómico que se ha proyectado por parte del Ayuntamiento tras su compra en 2023 por 2,2 millones y la captación de fondos europeos para su rehabilitación.
Sin embargo, tal y como avanzó este diario tras una reciente visita al convento, el inmueble requiere de una importante cantidad de fondos, quizás decenas de millones, por lo que la intención del Consistorio es ejecutar su arreglo por fases. La primera actuación, a la que se refirió Hervás, se adjudicó a la empresa Cotodisa por 1.228.750,60 más IVA. Fue la única empresa que optó a la licitación y es la misma que ha ejecutado obras como la rehabilitación integral de la avenida Camilo José Cela, recientemente inaugurada.
Con muchas ideas.
Hervás reconoció que existen «un montón de ideas» para darle uso a este edificio, que data del siglo XVI, alrededor de 1530, dijo en relación a las críticas de la exalcadesa, Eva Masías, sobre la falta de propuestas para este convento que adquirió bajo su mandato. Sin embargo, la necesidad de una gran cantidad de inversión y el destino específico que se debe dar a algunas subvenciones, condiciona estos usos. Sin embargo, ya se han avanzado propuestas como la realización de catas en la zona del coro o la posibilidad de ubicar el Museo de la Semana Santa en la iglesia que alberga el convento.
El inmueble esconde auténticas joyas patrimoniales, como el artesonado original del siglo XVI que hay en la zona del coro, que se encuentra en muy buen estado, u otro, también de la época, en la zona del presbiterio, en este caso muy deteriorado. Mención aparte merecen los frescos que se han hallado bajo la pintura blanca de los coros y la iglesia y que se pretenden recuperar, así como una escalera que da acceso al coro alto, obra de Sebastián Rebollar o unos azulejos de Vicente Aguilella, uno de los grandes autores de este tipo de pinturas.