«Soñamos con ayudar en países en vías de desarrollo»

Hilario L. Muñoz
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Médicos, terapeutas ocupacionales y de emergencias o psicólogos participan en el proyecto de Calma en Mozambique, donde han aprendido la realidad africana

Los médicos Eduardo García y José Manuel Morales, en una intervención realizada. - Foto: LT

Un grupo de sanitarios de la provincia ha sido testigo este verano de una de las actuaciones de la ONGD Cooperación Alternativa Manchega (Calma) en Mozambique. En plena zona de conflicto, donde hay miles de desplazados, los sanitarios han trabajado con el objetivo primordial de suministrar productos de alimentación, higiene, medicinas, consultas, tratamientos, además de proporcionar atención especializada a embarazadas, quienes son las más afectadas en este tipo de crisis. Con el apoyo financiero de la Junta de Comunidades, se realiza un proyecto de ayuda humanitario en la misión católica de Nacala.

Rosa Sánchez, ginecóloga, las enfermeras militares Isabel Rojas y María Mazarro, el otorrinolaringólogo jubilado Eduardo García, José Manuel Morales, médico de familia, así como Valentín Bastante, psicólogo, entre otros, han empleado su tiempo en este proyecto, durante el verano. Además, ahora mismo están allí María Hidalgo, terapeuta ocupacional; Pablo García, técnico de emergencias; y Luisa Sobrino, enfermera.

«Todos los médicos tenemos el sueño recurrente de ayudar en los países en vías de desarrollo, de tener esa experiencia alguna vez», explicó José Manuel Morales. «No quería jubilarme sin tenerla». Morales se llevó hasta Mozambique un ecógrafo portátil para ayudar en el diagnóstico de enfermedades. El equipo lo emplearon tanto en la clínica que tiene la comunidad religiosa de Macala como en un hospital que hay en la zona. 

Las cooperantes en el centro de salud.Las cooperantes en el centro de salud. - Foto: LTMientras, Eduardo García tuvo aquí su segunda experiencia en el continente africano, con el que es crítico porque cree que «hay mucha fuerza y mucho trabajo que se va por falta de coordinación». Igual ocurre con el dinero. Mientras, las ONG tratan de poner «remiendos» a esta situación tan difícil de gestionar. «¿Qué pinta un otorrino en África? Porque puedes operar, pero luego los pacientes viven en unas condiciones sanitarias que no son recomendables», indicó. 

JUSTICIA MÁS QUE MÉDICOS

«África, lo primero que necesita es justicia», reflexionan los doctores, recién regresados de esta experiencia. «Allí la gente no se muere de las enfermedades de las que nos morimos aquí. En África, el hambre mata a más gente que el SIDA», comentaron y de ahí que se hayan traído una experiencia de primera mano para explicar las causas de la crisis migratoria. «Quienes quieren criticar la emigración, que se vayan primero a ver por qué viene esa gente; los que se vienen no son delincuentes, sino gente normal que está allí y que vive en unas condiciones deplorables». Como ejemplos del viaje, recuerdan, que en el hospital donde estuvieron unos días no había agua corriente.

«Nos sobra mucho aquí y les falta mucho allí», explican como otra de las experiencias aprendidas en el viaje. «Nos traemos una gran tristeza al ver que existe ese mundo», pero también se alegran porque pueden «transmitir la realidad africana, que es deplorable». «Hay que insistir y pelear porque se conozca y se le ponga remedio», indicaron los doctores. 

Los cooperantes ciudadrealeños en Mozambique.Los cooperantes ciudadrealeños en Mozambique. - Foto: LTPor último han aprendido el valor de las comunidades religiosas en esos países, como la organización con la que colabora Calma. Estas organizaciones perduran en el tiempo y tienen una actitud «feminista», aunque ellas no lo saben, en la que trabajan con los menores desnutridos, con sus madres y con estudiantes.

«Soñamos con ayudar en países en vías de desarrollo»
«Soñamos con ayudar en países en vías de desarrollo» - Foto: Tomás Fernández de Moya
Calma recuerda que la ayuda que dan en estos países es una llamada «a la conciencia global para que no se olvide a estos habitantes de Cabo Delgado, que día a día luchan por reconstruir sus vidas en medio del caos». «Es una historia de resiliencia, de humanidad y, sobre todo, de la incansable labor de aquellos que, sin buscar reconocimiento, se convierten en héroes anónimos de nuestro tiempo».