El Villarrubia quiere seguir soñando. Tras una racha casi inmaculada donde el equipo de Darío Martín acumula siete jornadas sin perder con dos empates y cinco victorias, el equipo blanquiazul ha apelado al Nuevo Campo en esta recta final del campeonato para seguir soñando.
Y es que cuatro son los partidos que le restan al Villarrubia para echar el telón de la temporada regular. Y de esos cuatro, tres partidos serán en el Nuevo Campo, por lo que el cuadro blanquiazul, sin hacer nada especial ni fuera de lo normal, ha apelado a su afición para seguir soñando en esta recta final tan bonita y vibrante.
Este sábado, a partir de las 19.30 horas (Arbitraje de Román García), el Villarrubia recibe al CP Villarrobledo, un equipo que arrancó bien, que dejó la impronta de ser un equipo muy serio y muy correoso y que llega a las cuatro últimas jornadas con poco que ganar y poco que perder. De ahí ese factor que hace que el Villarrobledo sea un equipo todavía más peligroso.
Llega el equipo de Darío a la cita después de firmar tres victorias consecutivas y hacer los deberes en un campo tan complicado como el del Azuqueca. Un golazo de Alonso a dos minutos del final dio la victoria a un equipo que está en un estado de forma y de confianza altísimos.
Por su parte, el equipo de Sergio Aracil viene de empatar a dos goles frente al Villacañas en una semana marcada por el adiós, por motivos profesionales, de los hermanos De la Cruz.
De cara al encuentro, Carlos García es la principal duda en el equipo local, por lo que el técnico de Calzada volverá a tener que hacer algún descarte.
En la previa del encuentro, el técnico del Villarrubia comentaba en la previa que "llegamos con la misma ilusión que el partido anterior, intentando no terminar la racha e intentando que el rival no muestre sus armas en nuestro campo y ojalá que nuestra afición venga en masa para animarnos. Hay gente que dice que no nos jugamos nada, pero aquí todo el mundo se juega cosas. Para mí es un partido muy difícil y ante un rival muy complicado".
En este sentido, Darío añadía que "lo que hay fuera, no lo podemos controlar. Si hemos llegado hasta aquí ha sido por la humildad, algo que nos ha caracterizado como equipo. Si cayéramos en la tentación de que ya hemos ganado el partido y que hemos marcado el segundo gol antes que el primero, seguramente nos pegaremos un batacazo".