En la vida me han pedido hacerme una fotografía, y en esto días me paran por la calle». Son las palabras de Jesús Quirós, artesano pastelero que hace unos días se trajo desde Barcelona a Alcázar de San Juan, su localidad natal, el título Spanish World Chocolate Máster, que le acredita como el Mejor Chocolatero de España de 2025. Ahora, su mirada está puesta en el año que viene, en octubre de 2026, cuando se disputará el campeonato mundial y él representará a España.
Con la emoción aún en el cuerpo, Quirós recuerda que la Ciudad Condal reunió a los mejores maestros chocolateros de España y Portugal, quienes compitieron en una serie de fases que pusieron a prueba la creatividad, técnica y pasión por el chocolate. Él lo consiguió. El jurado valoró el enfoque y la maestría que dio a sus tres innovadoras propuestas por encima de la de sus competidores: Arnau Triola, chef en el Restaurante Castell de Peralada (una estrella Michelin) y Arnau Fusté, dueño de Pastisseria Fusté. El alcazareño ganó con casi 90 puntos de cien gracias a sus cinco elaboraciones de pastelería. Para empezar, una presentación oral y visual de tres minutos sobre su interpretación del tema, la fuente de inspiración y la elección de los ingredientes. Una delicia de chocolate, un bombón, una playbox artística de chocolate y una elaboración divertida fueron las siguientes pruebas con el tema Play (jugar) como principal. Para ello, empleó unos 180 kilos de chocolate.
Pero el camino no ha sido fácil, reconoce. «Han sido muchas horas de trabajo, dedicación y esfuerzo hasta que hemos llegado aquí. El premio no es solo mío, hay mucho trabajo detrás de gente muy cercana y de familiares», comenta este artesano pastelero que con solo 26 años se ha alzado ya con uno de los títulos más buscado y deseado por los profesionales del sector.
Desde octubre, señala en declaraciones a La Tribuna, son muchas las elaboraciones y pruebas que ha tenido que realizar. «Hemos engordado todos. Mis conejillos de indias han sido mi familia, amigos y compañeras. Han sido muchas pruebas error y noches viendo vídeos, probando texturas y técnicas. Esto requiere mucho trabajo. Desde que supe que me presentaba hasta el día de la prueba, el 5 de marzo, todos los días pensaba y trabaja en el campeonato», declara al tiempo que manifiesta que este título es la «espinita que nos quedaba a la familia». «Es un título que muchos pasteleros quisieran tener», y él ya lo tiene en su palmarés. «Ha sido un orgullo y una satisfacción enorme».
El momento más emotivo fue cuando sonó su nombre. En ese instante, por su memoria pasaron las duras situaciones que afronta el empresario, donde «en una pastelería tan cercana como la nuestra no hay vacaciones y todo cuesta mucho» y cuando empezó a estudiar en Barcelona con 16 años. «Ha sido todo mucho esfuerzo y seguirá siendo porque esto no termina aquí», subraya.
Ahora, su próxima cita marcada en rojo en el calendario será octubre de 2026. Fecha en la que se disputará el campeonato mundial. Ahí, reconoce, ya no vale cualquier cosa, por lo que estos días se dedica a la «autocrítica y análisis» para construir «unas buenas bases y un buen equipo para dar pasos firmes».