Rafael Mateo Soria (Barcelona, 1968) llegó al Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) en 2003 y en julio de 2015 accedía a la dirección del centro, una institución que rememora este próximo año el veinte aniversario de su fundación, que tuvo lugar el 24 de febrero de 1999 mediante un convenio específico entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y la Junta de Comunidades.
Veinte años de trayectoria del IREC y veinte años que han colocado a esta institución como un referente internacional.
Ciertamente el IREC es hoy en día una referencia internacional en el ámbito de la investigación de la caza y la fauna silvestre. Voy a congresos y sorprende observar las referencias que hay sobre el IREC, todo el mundo lo conoce. En verano organizamos el Congreso Ibérico de Ciencia Aplicada a los Recursos Cinegéticos, un congreso internacional que tuvo muy buena respuesta. Estamos en un momento que hemos conseguido consolidar varias líneas de investigación, entre ellas las de sanidad y veterinología, la línea de ecología y también la de toxicología. Ahora estamos en el momento de plantearnos de qué otra forma puede crecer el instituto. Tenemos en mente abarcar también las ciencias sociales, contar con gente que sepa integrar nuestra ciencia dentro de la sociedad, para abordar la dimensión social de la caza.
¿Es Ciudad Real el lugar idóneo para un centro como el IREC?
Es importante que no todos los centros de investigación estén en las grandes ciudades. A veces eso es un hándicap porque resulta más atractivo atraer a ciertos investigadores dentro de una gran ciudad, pero cuando la gente conoce el IREC, y además tenemos a muchos investigadores extranjeros que nos visitan, la gente se da cuenta de que estamos en una ciudad en la que se vive muy bien. Tiene mucho sentido porque es un terreno muy cinegético, estamos muy bien localizados porque cuando tenemos que hacer trabajo s de campo tenemos muy cerca los lugares donde hacer los estudios. Tenemos también dos parques nacionales en la provincia y hay multitud de fincas con las que tenemos relación para realizar estudios.
Dentro de la celebración de estos veinte años de existencia ya se ha inaugurado ‘La caza. Un desafío en evolución’ en el Museo Provincial de Ciudad Real.
Con la exposición ganamos visibilidad con la intención de dar a conocer la caza, tanto a la gente que no la conoce como a los que la conocen. Hablamos de la evolución animal desde el principio, y en su comienzo contamos con una frase de Ramón Margalef, un ecólogo español muy famoso, que habla de la relación entre depredador y presa. Es una relación que está presente a lo largo de toda la evolución, los animales evolucionan para poder alimentarse y por tanto para cazar, y también evolucionan para defenderse frente a los depredadores. La caza forma parte de la ecología en todas partes. A lo largo de 2020 vamos a llevar a cabo un ciclo de conferencias que pueden ir desde la literatura o historia hasta la biología de la conservación.
Un aspecto interesante es la dimensión ética del ser humano frente a la caza. Usted mismo ha explicado que es algo que entra en conflicto con nuestros orígenes como cazadores.
En alusión a una frase de Ortega y Gasset, podemos cazar lo que queramos con las herramientas de hoy en día pero nos tenemos que autolimitar. La exposición finaliza con otra frase de Aldo Leopold, uno de los padres del ecologismo, que establece precisamente las bases de la ética en la Naturaleza, que señala que el cazador cuando caza está solo, no tiene nadie que le aplauda y es solamente su conciencia la que decide. Es tu ética la que te permite obrar bien o ser un salvaje. No podemos matar todo lo que queramos, hay que ser conscientes de que los animales se pueden extinguir por culpa de la caza. Enfatizamos mucho en el papel de la investigación para gestionar la caza.
Imagino que no es fácil gestionar las opiniones entre cazadores y ecologistas. De hecho, la Real Federación Española de Caza (RFEC) acusó al IREC de «populismo barato» y «ataque a la caza» tras la celebración del I Congreso Ibérico de Ciencia Aplicada a los Recursos Cinegéticos.
A raíz de lo sucedido estamos ahora más dialogantes. Hemos llegado al acuerdo de reunirnos regularmente con la Real Federación Española de Caza y con las autonómicas. Lo hicimos en verano y ahora a principios de año lo volveremos a hacer en Ciudad Real, les llevaremos a ver el museo y a hablar de temas candentes como la tórtola y la fiebre porcina.
Sobre las especies amenazadas ya se ha puesto la alerta sobre la tórtola europea.
Europa está presionando para que se controle mucho más la caza, es una especie en la que hay que empezar a tomar decisiones, que deben ser en base a criterios científicos. Para ello necesitamos información de calidad y es ahí donde muchas veces se falla. La información de saber el número de tórtolas que se cazan al año puede estar un tanto sesgada porque son los datos que ofrecen los cazadores a las comunidades autónomas. Si no te están diciendo el cien por cien de la verdad o no son fiables los datos los análisis que se hagan a posteriori son complicados. En este punto es donde debemos avanzar, conseguir buena información de las bolsas de caza y de las poblaciones para saber cuántos están muriendo o cuál es el éxito reproductor en muchos ambientes para tomar decisiones. Hay datos, pero se pueden mejorar si hay interés e inversión.
¿Qué papel juega la agricultura?
La agricultura intensiva tiene un gran impacto. Hay menos cultivos tradicionales con ciclos de barbecho, que no se trate con herbicidas, no se respetan los márgenes entre campos y se agrupan más tierras. Muchas especies dependen de las malas hierbas que aparecen en los márgenes y en los barbechos, y si desaparecen los márgenes y los barbechos se tratan con herbicidas estos animales se están quedando sin alimento. Se reduce mucho la biodiversidad del ambiente agrícola y tiene consecuencias en especies como la tórtola europea, la liebre, que ha bajado un 50 por ciento en los últimos diez años, la perdiz o la codorniz.
¿Qué opina sobre la posibilidad de cazar en parques nacionales?
Es un tema polémico porque por definición en los parques nacionales se intenta mantener fuera la caza. La realidad es que en espacios como puede ser Cabañeros es necesario controlar la población de ungulados, y la van hacer de una forma u de otra: la vas a hacer pagando a los guardas o la vas a hacer consiguiendo que los cazadores encima te paguen por cazar. Son los políticos los que tienen que tomar las decisiones, pero si le consultas a los ciudadanos por pura lógica te van a dar la respuesta. Estamos hablando de una caza regulada y controlada.
¿La peste porcina es uno de los grandes desafíos del futuro?
Sí lo es. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación está preocupado y está llevando la voz cantante velando por la salud animal de todo el país y lleva desde hace tiempo realizando reuniones con nosotros y federaciones de caza incidiendo en el cuidado de no mover jabalíes, sobre todo del este de Europa donde actualmente hay incidencia de peste porcina. Por otro lado estamos trabajando en conocer cuáles son las densidades de las poblaciones de jabalí en Europa, que se está llevando a cabo a través del proyecto Enetwild por la importancia que tiene este animal en muchos sentidos.
Hace poco hubo afectados por triquinosis por comer jabalí, también desde el IREC se alertó del consumo de cangrejo rojo americano en distritos mineros… ¿Qué más alertas alimentarias están asociadas al a caza?
Esos dos ejemplos son de los más importantes. La triquina porque sigue habiendo casos y la gente parece que todavía no tiene claro que es necesario que el veterinario examine la carne, la matanza es muy tradicional pero es increíble que todavía se dude del papel del veteriniario. También está el tema de la tuberculosis, que no es tan fácil que se transmita a humanos, pero también existen casos. Luego está la contaminación minera, que, por ejemplo, se ha alertado en las órdenes de veda que no se pueden comer ni peces ni cangrejos por los altos niveles de mercurio que tiene la zona de Almadén, pero no se está alertando de otra minería que se ha dado en la zona sur de la provincia, que es la del plomo. Se han quedado muchas minas abandonadas que han dejado un suelo contaminado y al que en muchos casos acceden los animales. Debería de haber un plan para restaurar estas zonas y que los animales no tengan acceso.
Dentro de esa referencia internacional que ha alcanzado el IREC están elaborando vacunas dedicadas al control de las garrapatas en bovinos en Uganda, ¿qué más proyectos internacionales gestionan?
El proyecto de Uganda es muy interesante, y hemos construido allí una planta piloto para producir vacunas. Y entre otros proyectos internacionales estamos estudiando el tema de la tórtola, también el Enetwild en el que se armonizan censos de poblaciones en toda Europa, conocer la densidad de la especie que sea en cualquier país. También trabajamos en la monitorización de contaminantes en aves rapaces en toda Europa, ya que muchos de esos contaminantes acaban en los eslabones más altos de la cadena trófica.
Recientemente han recibido financiación de la Junta de Comunidades para cinco proyectos de investigación, entre ellos el de la presencia de la fiebre de Crimea-Congo en Castilla-La Mancha. ¿Suena a otras latitudes, pero es una realidad en la región?
Hay que tener en cuenta que los efectos del cambio climático pueden condicionar la expansión de diversos vectores. Hay especies como garrapatas que no estaban distribuidas por estas latitudes y pueden aparecer y ser portadoras de virus. Lo mismo puede suceder con mosquitos, que portan enfermedades que no son comunes aquí como el dengue empiecen a serlo. Nuestro papel es de vigilancia y prevención, y a partir de ahí tomar decisiones.
En abril ya manifestó la necesidad de contar con más personal.
En la actualidad contamos con una plantilla de 28 personas. Desde el CSIC nos han dado posibilidades de tener otros dos investigadores, dos científicos titulares. El problema es que son plazas que salen compartidas con otros centros y nosotros debemos tener los mejores candidatos para poder llevárnoslos. Por otra parte, en el IREC hemos estado mucho tiempo con sólo un técnico de laboratorio en plantilla por parte del CSIC, ninguno por la UCLM y mira que tenemos laboratorios, y recientemente se incorporó otro técnico del CSIC y ahora nos ha salido tres de una convocatoria de estabilización de plazas más otras dos de la Oferta de Empleo Público de 2008 y 2009 que saldrá en breve publicada. Es decir, por parte del CSIC están haciendo bien su trabajo, pero de momento por parte de la UCLM sólo nos han convocado una plaza de laboratorio, pero tampoco es estable al ser para tres años. Necesitamos una plantilla mucho más grande. Ahora vamos a ampliar las instalaciones de El Chaparrillo con un animalario para trabajar con las enfermedades transmitidas por garrapatas y nos va a hacer falta personal.