Amnistía Internacional (AI) ha expresado su preocupación en una carta remitida al alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, por la adquisición de armas de electrochoque, popularmente conocidas como táser, para la policía local.
En un comunicado de prensa, esta organización ha recordado que estos dispositivos que, aunque no son catalogados como letales, pueden causar graves daños o incluso la muerte, especialmente en personas que pueden ser especialmente vulnerables ante las mismas.
La información solicitada a los Ayuntamiento se refiere a las unidades policiales que van a utilizar este tipo de armamento, al contenido de la formación previa sobre su uso a los agentes, quién la proporciona, cuál es su duración y si está abierta a otros colectivos ajenos a las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Por último, sobre los protocolos y los mecanismos previstos para evaluar el uso de este tipo de armas y garantizar una correcta rendición de cuentas tras su uso.
Aunque Amnistía Internacional no se opone a que este tipo de armas de electrochoque forme parte del equipamiento de algunos cuerpos policiales, sí tiene serias preocupaciones sobre su uso y el respeto a los derechos humanos.
La organización ha solicitado que estas armas estén sujetas al mismo criterio que se aplica al uso de las armas de fuego, debido a los riesgos que pueden tener sobre la integridad física de la persona sobre las que se emplean.
Amnistía Internacional ha documentado casos en los que la muerte de algunas personas ha estado relacionada con el uso de armas táser y ha destacado la importancia de prohibirlas contra sujetos que puedan estar bajo los efectos de las drogas o de medicamentos relacionados con dolencias psíquicas, ya que hay mayor riesgo de que sean letales.
La organización considera que las armas táser deberían ser parte del armamento policial solo si su uso se limita a situaciones en las que exista un riesgo para la vida o integridad física del agente o de terceras personas.