Este viernes 13 de octubre, Ciudad Real estará ante lo que puede ser un nuevo enfoque de las políticas de inclusión. Laborvalía lleva a las 20 horas, en el Teatro Quijano, su versión del musical de El Rey León, una propuesta que lleva desarrollando desde hace años, pero que, hasta ahora, nunca se había hecho tan grande y que se encuentra en plena línea ascendente, tras estrenarse hace unas semanas en el teatro de Miguelturra. Por ponerlo en perspectiva, igual que nadie pudo imaginarse que del mural de Okuda San Miguel en Puertollano, surgiera todo lo que vino después de pintura de los silos y proyectos de este tipo por toda España, nadie sabe cómo puede acabar esta aventura que ahora arranca con un musical que casi con seguridad llenará el Quijano y que después seguirá su recorrido, con, al menos, otras cuatro representaciones ya solicitadas.
«Llevamos dos años con este musical», ya que la propuesta comenzó en la pandemia, dijo la directora, Lorena Gómez. «Ellos han participado en el diseño de decorados, vestuarios y en todo el proceso», indicó, recordando que la «ilusión y magia» son las palabras claves de esta iniciativa que trata de «explorar la creatividad que tienen los usuarios».
El Rey León es, de hecho, el sexto musical de Laborvalía, explicó la directora. Se trata de una iniciativa de ocio inclusivo, en los que incluían solo el baile, al inicio, y después introdujeron diálogos, hasta crear un espectáculo de hora u hora y media. El musical del viernes cuenta con dos novedades respecto a las anteriores, la primera es que el diálogo lo han leído los usuarios, aunque no se represente en vivo, para que se centren en los bailes y en la actuación, y la segunda es que se incluyen jóvenes del proyecto de voluntariado del colegio Nuestra Señora del Prado Marianistas, respetándose «los tiempos de aprendizaje de unos y otros». «Ha sido una suerte que podamos colaborar con Laborvalía», explicó Teresa Orejón, coordinadora de voluntarios del centro.
El Rey de la inclusión - Foto: Rueda VillaverdeDavid Raboso, que hace de Scar y es usuario de Laborvalía, recordó su amplia experiencia tras estar en los musicales de Grease, Peter Pan, Mary Poppins o Mama Mia, pero este Rey León es especial porque representarlo en el Quijano es «una pasada», dijo. Para llegar aquí ha habido un día de ensayo semanal, en el que han preparado al detalle cada actuación, por ejemplo, una de las claves del musical Voy a ser Rey León supuso tres meses de trabajo por los voluntarios del colegio y usuarios del centro.
Del papel de Simba se ocupa Paula Contreras, quien llegó al musical gracias al programa de voluntariado. «Me encanta la música y decidí apuntarme» sin saber el recorrido que iba a tener. «No nos esperábamos que fuese a tener tan buena acogida, pero la verdad que tenemos muchísima ilusión por actuar en un teatro tan grande», señaló la protagonista. «Si te lo planteas, puedes conseguir lo que quieras y que nadie te diga qué puedes hacer y qué no», indicó como lección más valiosa que ha aprendido de estar con los usuarios de Laborvalía.
El gerente de Laborvalía, Alfonso Gutiérrez, indicó que, «visto el éxito que ha tenido y lo que está gustando», se puede plantear abrir una vía artística con los musicales, como pasó con aquel gesto «de pintar una pared» del que surgió un proyecto que ha llevado a la entidad a recibir el premio Reina Letizia del Real Patronato de Discapacidad o tener visibilidad en todo el mundo. «El objetivo al final sigue siendo el mismo: visibilizar el talento», por lo que recordó que se unen personas con distintas capacidades en un proyecto común.