Piden para él 24 años de prisión por abusar de sus dos hijas menores en Tomelloso, pero el acusado defiende su inocencia y sostiene que todo fue un invento de las niñas, condicionadas por su madre, en el marco de un proceso de separación muy complicado y con la custodia de ellas en litigio, según sostiene su abogada. La Audiencia Provincial celebra este miércoles el juicio que sienta en el banquillo a un ciudadano colombiano, de iniciales C. E. F. E., por unos hechos que se habrían producido en el domicilio familiar en mayo de 2022, cuando él tenía 27 años y sus hijas 7 y 6 años de edad.
Las pequeñas, casi un año después de los hechos, habrían contado a su madre que una mañana el acusado se encontraba en su casa solo con las dos niñas, que estaban jugando a la gallinita ciega en el salón, y éste les propuso participar en el juego. Así, según recoge el escrito de la Fiscalía, le dijo a la mayor que entrase en el baño con él. Desnudo de cintura para arriba y tapado con una toalla el resto del cuerpo, habría cerrado la puerta y vendado los ojos de la niña, a la que habría dicho que "buscara el chocolate" con el que había untado previamente su pene, introduciéndoselo en la boca de la niña. La menor llegó a manifestar, según recoge la denuncia, que "no quería jugar a ese juego porque no le gustaba" tras estar unos cinco minutos. Acto seguido llamaría a su otra hija para que entrase en el baño, con la que repitió la agresión durante un periodo de entre tres y cuatro minutos más. Al acabar, habría amenazado a las niñas con que no dijesen nada a su madre "porque les castigaría y les pegaría". Mediante auto de agosto de 2023, el acusado tiene prohibido acercarse a sus hijas y la privación de la patria potestad.
Pero todo fue "una fabulación" de sus hijas, según apuntaba su abogada, Cortes Cano, conducidas por su madre, durante un proceso de separación "bastante beligerante", con denuncias de por medio entre los padres. De manera "espontánea" las niñas habrían contado estos episodios a ella, afirma. La única prueba inculpatoria es el testimonio de las niñas, que durante esta sesión se ha reproducido de manera preconstituida, de tal forma que no han tenido que estar presentes ni repetir su declaración. "Para el padre supuso un desmayo cuando se enteró lo que decían sus hijas de él", relataba Cano.
Tampoco ha estado presente la madre, que declaraba por vedioconferencia. Su abogada, Marina Bello, explicaba a La Tribuna que ese contexto de mala relación de los padres "no tiene nada que ver" con la denuncia, y que ésta se producía casi un año después porque fue "cuando las niñas hablaron". Ninguno de los dos progenitores reside ya en Tomelloso.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular piden también al tribunal 12.000 euros de indemnización para cada una de las niñas por los daños morales causados. La vista oral se estaba realizando a puerta cerrada.