La licitación de obra pública se aferró al bote salvavidas de los ayuntamientos para maquillar un 2024 a la baja en la inversión por el desplome estatal y autonómico. Los brotes verdes que asomaron al principio de año se marchitaron con el paso de los meses, dejando un montante total de 118,1 millones de euros al cierre del ejercicio, de los que más de la mitad procede de la administración local. Según datos de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan), el importe global de las obras licitadas por las administraciones públicas en la provincia fue 44 millones de euros menor que en 2023, lo que representa una caída del 27,5%. El descenso es aún más pronunciado si se compara con las cifras de 2021, un ejercicio regado de fondos para la reactivación economómica por la crisis del coronavirus y que finalizó con una inversión de más de 278 millones de euros.
En 2024, la administración local, con 59,7 millones, aportó más de la mitad de la inversión en obra pública en Ciudad Real, frente al 38,9% del Estado (41,1 millones) y el 10,6% de la Junta de Comunidades (12,6 millones). Casi el 70% del presupuesto total fue destinado a obra civil (82 millones) y el resto al sector de la edificación (36,1 millones), que se desplomó un 42,4% sobre 2023.
Los ayuntamientos sacaron a licitación 288 proyectos, con un plazo de ejecución medio de siete meses. Actuaciones que, en muchos casos, contaron con el respaldo económico de la Diputación de Ciudad Real y de Bruselas, a través de los fondos Next Generation. Especialmente activa estuvo la capital, con propuestas de envergadura como la peatonalización sostenible del centro, la rehabilitación de la Casa de Cultura, la adecuación del aparcamiento disuasorio del Gasset, la mejora de la vía verde o la reforma y adecuación del convento de las Terreras.
«Las administraciones locales suelen ser las más inversoras, puesto que su ritmo de licitación es continuado en el tiempo, con obras de menor importe pero mucho más numerosas. Por el contrario, la administración estatal suele licitar poco, pero algunas de estas obras son muy cuantiosas, pues suelen referirse a infraestructuras donde el Estado conserva sus competencias, como las carreteras u obras ferroviarias», explica el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Construcción (APEC), Manuel Carmona, que hace hincapié en que «cuando un año el Estado no licita o licita poco en la provincia, los datos bajan de forma considerable». «A ello se une que la falta de aprobación de presupuestos generales ralentiza muchas de las partidas inversoras, sobre todo aquellas referidas a la creación de nuevas infraestructuras», apostilla.
Carmona subraya que la tendencia de los últimos años en cuanto al volumen de licitación de obra pública se explica por dos hechos puntuales muy importantes: la pandemia en 2020 y las elecciones generales, municipales y autonómicas que coincidieron en 2023. «Una vez que pasan las elecciones, y sobre todo en el primer año de la nueva legislatura, en tanto se conforman gobiernos y se aprueban presupuestos, el ritmo de licitaciones baja, entrando de nuevo en un ciclo creciente hasta las siguientes elecciones», enfatiza.
El presidente de APEC asegura que las medidas en materia de vivienda son todavía una «incógnita», por lo que considera que «no van a influir en la licitación de manera significativa a corto plazo». «Sí lo están haciendo, y de forma pronunciada, los fondos europeos aplicados a las diferentes partidas que tienen que ver con la eficiencia energética o la construcción sostenible», sentencia.