"Yo la maté y me merezco pasar una temporada en prisión"

La Tribuna
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El juicio por el crimen de Malagón ha finalizado hoy con las últimas palabras del acusado. La Fiscalía pide 25 años de cárcel por asesinato, mientras que la defensa solicita solo 8 por homicidio. Mañana empezará a deliberar el jurado popular

Óscar S. I. se enfrenta a una pena de 25 años de prisión. - Foto: Jesús Monroy

El juicio con jurado popular por la muerte de Juana L. R. P. en Malagón a manos de su nieto, en enero de 2022, ha finalizado esta mañana en la Audiencia Provincial con los informes finales de las partes. El Ministerio Fiscal, representado por Rocío Bernal, mantiene su petición de 25 años de cárcel por un delito de asesinato con el agravante de parentesco, mientras que la defensa, en manos del letrado Enrique García Herrera, solicita que esa pena se quede en 8 años de prisión por un delito de homicidio, al entender que no queda demostrado que el acusado, Óscar S. I., actuara con alevosía o ensañamiento, entendiendo que la agresión fue el desenlace de una discusión acalorada entre la abuela y el nieto, pidiendo también que se le apliquen los atenuantes de ser consumidor de sustancias estupefacientes y de confesión de los hechos.

Después de estos informes finales de las partes, la magistrada, María Jesús Alarcón, citaba a los nueve miembros del jurado popular a que mañana jueves regresen a la Audiencia para que se les haga entrega del objeto del veredicto, para que sean ellos los que decidan si Óscar es culpable o no de los delitos que se le imputan.

Una última sesión de la vista oral que se cerraba, como así lo contempla el Código Penal, con el turno de últimas palabras del acusado, que durante este procedimiento ha sostenido que no recordaba nada de lo que sucedió en el domicilio de su abuela el día de los hechos, posiblemente por la alta ingesta de sustancias tóxicas que había realizado aquel día. El joven de Malagón se dirigía a la sala confesando haber sido el autor de la muerte de su abuela, pero subrayando que no quiso provocarle el daño que finalmente le causó. "Está claro que fui yo el que mató a mi abuela, pero en ningún momento le quería hacer todo el daño que le he hecho. Por desgracia, voy a pasar bastante temporada en prisión, que me lo merezco, a pesar de que mi condena la lleve yo de por vida", decía Óscar, quien aseguraba también que este tiempo de ingreso en Herrera de La Mancha (lleva en prisión preventiva desde entonces) le ha servido para dejar el consumo de drogas, "que no me estaba haciendo bien".

El acusado, en primer término, durante una de las sesiones del juicio.El acusado, en primer término, durante una de las sesiones del juicio. - Foto: Jesús Monroy

 

En plenas facultades mentales

Antes de las conclusiones finales, en esta última sesión de la vista oral comparecían en la sala las dos médicos forenses que realizaron el informe mental del acusado sobre la imputabilidad de los hechos, es decir, si Óscar padecía alguna patología que afectara a su capacidad cognitiva y volitiva, de entendimiento y de voluntad, en el momento en el que ocurrieron los hechos. Un informe, realizado 38 días después del crimen, que concluye que el joven no tenía afectadas esas capacidades, ni por una patología psiquiátrica ni por el consumo de sustancias tóxicas. Las forenses, en la entrevista que mantuvieron con él, tampoco apreciaron ninguna anormalidad en su capacidad intelectual ni de memoria. Una entrevista en la que el joven de Malagón reiteró su versión de que lo único que recuerda de aquel 24 de enero de 2022 fue que llamó al timbre de la puerta de la casa de su abuela y acto seguido se vio con las manos ensangrentadas, sosteniendo una figura en forma de cabeza de perro, y con el cuerpo de ella tendido en el salón con la cabeza abierta.

También han testificado este miércoles los médicos responsables del levantamiento del cadáver y de su autopsia, confirmando que la víctima murió a causa de un "traumatismo craneoencefálico abierto severo", fruto de un número importante de golpes, "más de diez", la mayoría cuando ya estaba tendida en el suelo, realizados con un objeto contuso y en un lugar muy concentrado de su cabeza, hasta provocar numerosas heridas y la pérdida de fragmentos óseos del cráneo y de masa encefálica. También se observó una fractura abierta en dos falanges de su mano izquierda, compatibles con ese mismo objeto contuso y fruto de una acción defensiva ante el ataque que estaba recibiendo de manera frontal.

Tampoco arrojaba dudas el informe de los peritos del Departamento de Biología del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil de Madrid, constatando que se encontró sangre de la víctima en las uñas del acusado y el pantalón del chándal encontrado en la casa de él, además de en el busto de perro encontrado en un contenedor. Además, en los bolsillos del chaquetón de ella, que habría registrado su nieto antes de salir del domicilio, se obtuvo perfil genético de él.

 

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