La 41ª Semana de la Zarzuela puso el punto y seguido con la representación de La corte de Faraón, a cargo de la compañía Materlírica España. Dos funciones de la conocida y divertida opereta cerraron el primer fin de semana y llevaron mucho público al teatro Tomás Barrera.
Respetando el libreto de Perrín y Palacios, y con la música de Vicente Lleó, llegó esta nueva producción a La Solana. Una obra que destaca por su exotismo y alegre música, y donde el doble sentido de las frases da mucho juego para favorecer un ambiente ciertamente picante. Así lo reconocía Federico Figueroa, director escénico de la compañía, a la emisora municipal Radio Horizonte. "El libreto te lleva a que todo tiene un doble sentido, y eso la convierte en una obra picarona. Es muy divertida, y la gente se ha reído mucho con todos los gags, especialmente aquellos que hacen referencia a la actualidad". Dijo que esta nueva puesta en escena requería colores muy vivos para mostrar la alegría de una corte tan particular.
Figueroa destacó el derroche artístico de todo el elenco, con una mención especial para el ballet de Mary Carmen Sereno. "Todo el mundo tenía una característica que lo diferenciaba de los demás, y cada uno con gran calidad vocal y escénica". Pilar Tejero hizo el papel de Lota, María José Molina actuó como La Reina, Ana Torres fue Babilónica y Sara Viñas hizo el rol de Raquel. En la parte masculina, Miky Ferrer protagonizó a El casto José, Rafa Casette hizo de El Gran Faraón y Jesús Lumbreras dio vida a Putifar, por citar algunos de los protagonistas.
El director escénico, de origen mexicano, reconoció que ha cumplido uno de sus anhelos tras entrar en el festival solanero. "La Solana suena mucho en Hispanoamérica cuando hablamos de zarzuela y para mí era una meta personal el poder trabajar aquí. Después del debut de Doña Francisquita, el año pasado, y ahora con estas dos obras, espero repetir cada año porque es una experiencia maravillosa". Destacó que se programen hasta cuatro títulos durante la semana, algo imposible de realizar en otros lugares, incluso con mayores presupuestos.
El público disfrutó con esta hilarante obra que tiene cuadros muy emblemáticos y conocidos como la marcha triunfal, el divertido número de las viudas o el tatareado garrotín final.