Hace poco más de cinco años, un grupo de diez amigos decidió reunirse para traer a Ciudad Real la música que más les gustaba y que, prácticamente, solo podían escuchar una vez al año: el jazz. Universijazz era su única vía de escucharla, como hay que hacerlo, en directo, pero este grupo de amigos, decidió que podían apostar, invertir en su afición y convertirse en programadores. Así diseñaron una temporada de jazz para Ciudad Real que cuenta con «siete conciertos más el ciclo de cine, junto con Universijazz», señaló Eduardo Portero, secretario de la asociación Jazz Ciudad Real, quien junto a José María González, vicepresidente, explicaron las claves de este movimiento casi vecinal que ha hecho que Ciudad Real esté marcado en rojo entre los aficionados y entre los músicos.
«Yo me acuerdo de que decía: 'si llegáramos a los 50 socios esto sería la leche'», pero se llegó a los 100 casi de inicio y al año siguiente ya eran más de 300. Cada uno paga una cuota de 50 euros al año por disfrutar de la música que le gusta. «Ya había mucha cultura del jazz de hace tiempo», recordaron como los motivos que han llevado a este éxito. Primero fueron los años del Continental, una sala de jazz en el Torreón, o los festivales internacionales. «Aprovechamos esa base de aficionados al jazz y a la buena música que hay en Ciudad Real» y una decena de ellos se lanzaron a la aventura, poniendo dinero de su bolsillo para los conciertos.
Esta es la quinta temporada de este movimiento que, de hecho, fue el primero que recuperó la cultura tras la pandemia. «Nadie se atrevía a arrancar y empezamos programando en el recinto ferial», lo que muestra la pasión que mueve a este grupo de personas. Con los socios que son ya tienen garantizada casi media entrada en cada concierto en el teatro Quijano. Esto ha hecho que «las temporadas hayan sido revolucionarias», recordando que solo en 2023, más de 3.000 espectadores acudieron a sus actividades.
mes a mes. Hay un concierto o una actividad al mes. «Empezamos a finales de enero, hacemos hasta mayo, paramos el verano porque el Quijano cierra y a nosotros nos gusta mucho más el espacio del Quijano», por el sonido y por los músicos que se ven tocando en un teatro. En verano hacen una cena al aire libre, «porque la gente lo pide», y porque no quieren estar «cuatro meses sin conciertos». Luego reanudan en octubre y en noviembre cierran temporada, antes de las fiestas navideñas. A estos conciertos se suma el apoyo al Universijazz buscando algunos conciertos internacionales para el festival. Así, en 2024 empezaron en enero con el ganador de un Grammy latino Iván Melon Lewis, siguen este jueves con David Pastor y su tributo a Gillespie, feat. Bobby Martínez, y continúan en marzo con Jaco Pastorius Tribute Big Band, que se podrá ver el 20 de marzo. Después llegarán Xavi Torres, Pardo & Benavent & Di Geraldo y como cierre Santiago Auserón, donde el excantante de Radio Futura mostrará su nuevo proyecto, La Academia Nocturna.
Se trata de una apuesta por la música que casi no existe en una capital donde el COVID se ha llevado buena parte de la música en directo. «Tener esa base de socios es fundamental para empezar con holgura» y luego hay un apoyo extra con las entradas, a lo que se suma el apoyo de instituciones como el Ayuntamiento, que cede el teatro y los técnicos. «La gente está respondiendo bien» y son los ingresos los que marcan cómo será la próxima temporada. De ahí que este año, tras esos 3.000 espectadores, se haya apostado por una temporada espectacular. La clave, además de los ingresos, está en negociar. «Nosotros no tenemos las posibilidades de una productora» y «cuando buscamos un internacional buscamos que le venga bien, porque ya está por España» y si tiene que ir del Sur a Madrid o a la inversa, pedirle que haga una parada para deleitar a los aficionados ciudadrealeños.
La importancia de la asociación y sus conciertos ha hecho que ahora haya músicos que se ofrezcan para venir a Ciudad Real. «Nos llegan todos los días ofertas de músicos» que quieran formar parte de esta programación. Les llama la atención la posibilidad de contar con 500 o 600 espectadores, cifras que solo se ven en festivales «muy consolidados». «Te hace sentir muy bien», indicaron cuando observan lo que han conseguido.