El sector financiero afrontó este lunes un momento que no había ocurrido hasta ahora, con una llamada a todos sus empleados a parar de 8 a 10 horas y que, según los sindicatos, tuvo una amplia aceptación. Se trata del inicio de una reivindicación laboral que continuará en las próximas semanas, debido a que los tres subsectores, banca, ahorro y cooperativas de crédito, se encuentran negociando sus convenios colectivos a la vez. Esto ha provocado que no haya un solo grupo de entidades afectadas y que todos los trabajadores se unan en sus reivindicaciones, que pasan por reclamar que los beneficios históricos de la banca repercutan en sus empleados. «Esos 11.000 millones de euros que gana el Santander, los gana porque tiene una plantilla absolutamente estresada y haciendo un trabajo ímprobo, con muy pocos efectivos», señaló la responsable de la federación de Servicios de CCOO en Castilla-La Mancha, Sagrario Mancebo.
El paro de ayer fue seguido en Ciudad Real por el 86% de la plantilla de la capital y en la región del 86,5%, llevando a cerrar en esas dos horas algunas entidades, indicó Mancebo. Se trata de un avance de una convocatoria de huelga que se celebrará el 22 de marzo, si no hay cambios en la negociación. «Si el seguimiento es masivo, la huelga de 24 horas tendrá impacto en la atención al público», avisan.
Este conflicto laboral arrancó el 31 de diciembre pasado, cuando caducaron los tres convenios del sector financiero. «Las reclamaciones en todo el sector son muy parecidas» con una petición de «subidas salariales suficientes como para que recupere el poder adquisitivo las plantillas del sector», lo que implica entre un 17 y un 23%, en tres años; mejoras en el tope de los préstamos a las empleadas del sector; y que «tomen medidas para paliar o para cambiar o para poner fin al clima laboral» en las entidades.
En este sentido hay un recordatorio a que «las plantillas están sometidas a una presión comercial impresionante, con unos objetivos, en muchos casos, inalcanzables, y con una sobrecarga de trabajo extraordinaria» que se debe a que tras la crisis financiera hubo cientos de despedidos en el sector y cierre de oficinas. «No se renuevan las plantillas y esto implica que los objetivos que siguen siendo muy altos, porque caen en los hombros de cada vez menos gente». Mancebo apuntó que «hay una incidencia de bajas importantes en el sector financiero» por estos motivos, con el estrés como principal causa.
«Con los beneficios que están dando las grandes entidades del sector financiero, que son récord» se realizan estas reclamaciones por parte del sector. «Las plantillas son las que consiguen esos beneficios, a base de dejarse en muchos casos.