Por supuesto que Carlos Mazón debería dimitir, no ha estado a la altura de lo que se espera de un presidente cuando debe enfrentarse a una catástrofe de consecuencias dramáticas; también debería dimitir por lealtad a su partido y a Feijóo, sobre el que llueven críticas por no impulsar la dimisión del presidente valenciano.
Pero la persona menos indicada para exigir esa dimisión, y hacerlo con amenazas, es la líder del PSOE valenciano y ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant. Millones de españoles tienen razones para pedir la dimisión de Mazón, pero no los que votan, amparan y apoyan a al PSOE y a Pedro Sánchez.
Morant dice Mazón ha mentido y él asegura que no. En cualquier caso, si hay que pedir la dimisión a los políticos que mienten, ahí está Pedro Sánchez, todo un campeón en el arte de mentir y engañar a los españoles. En cuanto al comportamiento ante la dana, además de a Mazón, habría que exigir responsabilidades a Pedro Sánchez y a su gobierno, incluida la ministra Morán.
Tardaron días en enviar las brigadas militares que contaban con los medios para intervenir en una catástrofe de tal magnitud. La UME apareció en el primer minuto y, como siempre, dio muestras de su eficacia y heroicidad, pero los propios militares suplicaban que se enviaran zapadores, por ejemplo, capaces de intervenir con la maquinaria que se necesitaba con urgencia.
Pedro Sánchez tampoco estuvo a la altura. Ni un gesto de empatía con las personas que vivían una situación dramática, por no mencionar su actitud cobarde cuando se vio rodeado de gente que expresaba su rabia y hostilidad. Ni se le pasó por la cabeza un gesto de escucha, de diálogo, que es lo que habría hecho cualquiera con un mínimo de sensibilidad. De dinero mejor no hablar: hay ayuda del gobierno central, pero infinitamente menos de la necesaria. Y, solo ha llegado una parte de la prometida.
Mazón debe dimitir , pero también Pedro Sánchez, que sin duda tenía información sobre cómo su ministro y colaborador de máxima confianza, Ábalos, mantenía a su amante con dinero público. Es impensable que el CNI no alertara sobre el asunto, que también se debía conocer en el entorno de Ábalos, tanto en el ministerio como en Ferraz.
No puede exigir dimisiones quien trabaja con un presidente que tiene imputados a su mujer, su hermano y al Fiscal General entre otros, como no puede pedir dimisiones quien acepta chantajes intolerables de partidos antiespañoles, presume de reducir impuestos cuando los sube, y de premiar a los ciudadanos con una quita de deuda cuando lo que hace es obligarles a que paguen deuda que la de antes de la quita.
La lista de razones para pedir que dimita Pedro Sánchez y algunos de sus más fieles -o serviles- colaboradores, es larga. Carlos Mazón debe dimitir, pero provoca vergüenza ajena que lo exijan quienes presumen de ver la paja en ojo ajeno, pero no quieren ver la viga en el propio. Una viga gigantesca.