Pasados diez minutos de las ocho y media de la tarde, comenzaba el pregón de la Feria Taurina en honor a la Virgen del Prado en el salón del Antiguo Casino. Víctor Dorado, encargado de conducir el acto, introducía la actuación musical y danza a cargo de María del Carmen Gutiérrez García, pianista acompañante del CPD 'José Granero' de Puertollano y Jimena Osorio Rodríguez, bailarina de danza española, para que interpretaran sobre las tablas 'La vida breve', de Manuel de Falla, reconocido amante de la tauromaquia y de las tradiciones españolas.

Víctor Dorado presentó al pregonero

Inició el trasteo Dorado con la definición de arte según la Real Academia Española para llegar a que el toreo es una danza y, por tanto, un arte clásico. Saludadas las autoridades presentes, Dorado hacía un recorrido por el pregón de Críspulo Coronel, que remató hablando de que la ciudad "ya se merecía su Feria Taurina". El que fuera pregonero ha hecho un alegato para que Ciudad Real tenga una Feria Taurina digna.

Juan Domínguez pone en hora el reloj taurino en Ciudad Real - Foto: Fotos Rueda Villaverde

Dorado procedía a introducir al pregonero, Juan Domínguez, haciendo un recorrido por su vida y por su afición a la tauromaquia desde que era pequeño, así como por su vinculación profesional como cronista taurino en la Cadena SER. Asimismo, hacía un alarde de cariño para alabar los valores de Domínguez como el respeto, la honestidad y la sensibilidad. Hablando del ídolo del pregonero, su padre, Dorado, vestido de plata, puso el toro en suerte Juan Domínguez en un Antiguo Casino con el 'no hay billetes' colgado.

Ella, la plaza de toros de Ciudad Real

Comenzaba Domínguez hablando de la remozada plaza de toros ciudadrealeña, que en 2019 "dejó quietas las manecillas de su reloj para quedarse dormida en el recuerdo". Para el pregonero, este año era un reestreno que dejaba claro que la plaza de toros, erigida emblema de la tauromaquia en sus palabras, nunca estará sola en Ciudad Real. Y ahí llegó la primera ovación.

Juan Domínguez pone en hora el reloj taurino en Ciudad Real - Foto: Fotos Rueda Villaverde

Juan Domínguez puso en el centro de su pregón la plaza de toros y alrededor de ella, personalizada, la tuteó y le dedicó versos, y así iría desgranando su afición. Recordaba el pregonero el primer cartel del que tiene memoria: Paquirri, Julio Robles y Paco Ojeda en 1984. Tuvo palabras cariñosas para sus cuatro abuelos, de los que dijo que son "el pilar fundamental de su afición".

Sus abuelos Isabel y Fernando eran invidentes y vendedores de cupones. Para disfrutar de los toros se acercaban lo máximo posible a la televisión para escuchar todo, según narraba Domínguez, o iban a la plaza. Con su primer sueldo, invitó a sus cuatro abuelos a un abono de la Feria Taurina de Ciudad Real.

La tauromaquia, señalaba el pregonero, es algo que "se hereda culturalmente de generación a generación". Enlazó Domínguez a sus abuelos con los toreros de la tierra, de los que le contaba su abuelo, como Paco Alcalde, 'Calatraveño', Luis Lillo, Agustín Díaz 'Michelín', Juanito Coello, Juan Huertas 'Chamaco II' o Isidro Caballero.

Juan Domínguez pone en hora el reloj taurino en Ciudad Real - Foto: Fotos Rueda Villaverde

Alegato en favor del campo bravo español

En uno de los pasajes, intentaba Domínguez definir la tauromaquia, y lo hacía como "el arte de lidiar la vida", siendo la Fiesta una mezcla de "lo moderno y lo primitivo". El pregonero ha hablado en numerosas ocasiones del tiempo de la vida actual, de las dudas y de las ausencias que siempre andan presentes.

Del tiempo y de la soledad decía que son sus "trastos de pensar". Para hablar del toro bravo, se fue a un encuentro con un toro en una carretera en una noche oscura, y lo definía como un "un compositor de movimientos, un pintor de espacios". Por ese camino seguía para hacer un alegato a favor del campo bravo español y de la biodiversidad que aporta.

Juan Domínguez pone en hora el reloj taurino en Ciudad Real - Foto: Fotos Rueda Villaverde

Quería Domínguez acordarse de todos los periodistas, cronistas taurinos y reporteros gráficos de la provincia para los que ha tenido palabras de cariño y de homenaje, incluidos los que ya no están "que estarán haciendo crónicas desde lo más alto", como Juan Pérez Serrano, Juan Carlos Naranjo o Juan Bernal.

Los toreros

"Con cada lance se estrechan los lazos", decía Domínguez para hablar de los diestros. Aquellos que miden su valor en el albero de los cosos taurinos y que buscan los primeros 'olés' y la música acompasada. "En una perfecta partitura, toro y torero se acoplan como si fuera una sinfonía para dejar el mejor recuerdo", señalaba el pregonero.

Juan Domínguez pone en hora el reloj taurino en Ciudad Real - Foto: Fotos Rueda Villaverde

Para él, la quietud del final, de la suerte de la espada, "es el final, pero ambos han cumplido con su cometido". También mencionaba el sacrificio que hacen por perseguir sus sueños, y les profesa "admiración profunda". Para hablar de la pureza, trajo al presente a Antonio Sánchez Puerto, porque toreros como él nunca se colocaron delante de los toros para contentar a nadie, "sino para encontrarse a sí mismos". También tuvo unos minutos para dedicar palabras de cariño a Aníbal Ruiz y Luis Miguel Vázquez, toreros de la tierra.

Llegó el pregonero a hablar de Reina Rincón a través de Álvaro Ramos, al que llamó amigo, y al que dio las gracias por mostrar así al único matador de toros que ha tenido la capital ciudadrealeña. "Fue un perseguidor de sueños", afirmaba, y de Reina Rincón dijo que "no se irá nunca".

En el epílogo sonaron 'Puerta Grande', y Gallito, siendo la 'La concha flamenca' el cierre para que Domínguez armara los versos que lo llevaron en volandas a hacer una defensa sin fisuras de la tauromaquia. 

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Juan Domínguez puso en suerte el toro de la Feria Taurina de Ciudad Real, el toro más deseado de una de las más esperadas en lo que va de siglo XXI por el lustro en el que el reloj de la tauromaquia ha estado parado en Ciudad Real.