Tras ser suspendido hace nueve meses, hoy se ha retomado en la Audiencia Provincial el juicio que sienta en el banquillo a tres hombres y una mujer acusados de los delitos de detención ilegal y robo con violencia e intimidación, cometidos en Ciudad Real en marzo de 2020, y por los que Fiscalía solicita cinco años de prisión para dos de ellos, y cuatro años y seis meses para los otros dos. Según la acusación del ministerio público, estos habrían retenido contra su voluntad al denunciante y coaccionado para que saldara una deuda de 2.500 euros, por lo que le llevaron a varias sucursales bancarias y cajeros, trasladándolo en un coche durante varias horas, acudiendo también a un piso y en varias ocasiones a La Atalaya, amenazándole incluso con arrojarlo a un pozo. Le llegaron a robar 300 euros y dos móviles, y llamaron a varios familiares exigiéndoles un rescate para liberarlo. Unos hechos que la víctima ha ratificado en la sala, aunque con una importante modificación con respecto a sus primeras declaraciones en sede policial y judicial, exculpando ahora a tres de los cuatro acusados.
El denunciante, que comparecía ante el tribunal en calidad de testigo, se desdecía de lo dicho hace cinco años, cuando acusó a ella, María Teresa M. R., de ser la principal responsable de los hechos. Sin embargo, hoy afirmaba que ella en ningún momento se dirigió a él ni le obligó a nada, a pesar de que sí estuvo presente durante las horas en las que estuvo retenido contra su voluntad. Según la víctima, el que realmente llevó la iniciativa y el que le obligó a entrar en su coche y a intentar sacar dinero fue Israel A. C., al que conocía de su estancia en prisión. Una contradicción que, a preguntas de la fiscal y de los letrados de la defensa, no ha sabido justificar, aludiendo a su delicada situación de salud: "No estoy en condiciones de poder declarar, de someterme a esta presión".
También están acusados Agustín B. B. y Álvaro L. M., amigos de los otros dos, que estuvieron presentes durante todo lo sucedido, desplazándose también en el coche. Según la víctima, ellos no sabían nada de lo que estaba pasando, e incluso uno de ellos, Álvaro, fue el que le permitió liberarse cuando lo dejaron solo con él en el vehículo.
Declaración de la víctima, en la que eximía de responsabilidad a tres de los cuatro acusados. - Foto: M. E.
Los testigos apuntan también a la acusada
Hoy también han testificado la trabajadora de la sucursal bancaria en la que la víctima entró para intentar retirar efectivo y el hermano de él. Según sus declaraciones, la mujer acusada sí estaría directamente implicada en los delitos de los que se le acusa, ya que habría sido ella la que entró en el banco con la víctima. A esta misma empleada del banco el denunciante le pidió en un primer momento que llamara a la Policía, pero cuando lo iba a hacer, rectificó y le pidió que no lo hiciera.
Por su parte, el hermano de él, a quien los acusados habrían llamado por teléfono para pedir dinero a cambio de liberarlo, ha explicado en la sala que en una de las llamadas fue una mujer la que se puso al teléfono, para posteriormente pasarle con su familiar. "Me llamaron en un tono amenazante, diciendo que mi hermano estaba secuestrado y que les debía pagar para liberarlo", admitía, reconociendo que al principio no le dio credibilidad a esta amenaza, pero que se lo tomó en serio cuando sus hermanas y su padre recibieron llamadas similares, y definitivamente cuando su propio hermano se ponía al teléfono pidiendo su ayuda.
Este miércoles tienen previsto testificar los cuatro acusados. Uno de ellos, Israel A. C., está cumpliendo condena por otro delito de robo con violencia e intimidación.