La comunidad rumana ha retomado su proyecto de la iglesia ortodoxa en Alcázar de San Juan, donde en marzo de 2015 se puso la primera piedra con el que entonces era alcalde, el popular Diego Ortega. Desde entonces, la futura iglesia de la parroquia de San Mina Mártir, de estilo bizantino, ha estado paralizada debido a que en la zona en la que se prevé levantar, en la calle Piédrola del paraje de la Serna, no se permitía construir una altura mayor de cuatro metros. La comunidad quiere que su templo sea más alto, por lo que hace nueve años empezaron unos trámites que hasta hace tan solo unos días no recibieron el visto bueno del Ayuntamiento, aunque por delante quedan aún otros procesos administrativos para empezar su construcción.
Bernabé Moraleda es el arquitecto de un proyecto que empezó a fraguarse en el año 2009, cuando el Ayuntamiento cedió a la comunidad rumana un terreno para la construcción. En declaraciones a La Tribuna, recuerda que con el objetivo de que el templo tuviera una altura mayor de los cuatro metros se hizo un estudio de detalle de la zona, presentado por la parroquia y solicitando al Ayuntamiento «poder cambiar la normativa del solar para construir a una altura máxima de siete metros, es decir, tres metros más». El Consistorio, hoy gobernado por la socialista Rosa Melchor, ha dado la autorización, pero queda todavía modificar el proyecto «con la altura que la parroquia diga». Es otro de los trámites definitivos para ver las obras funcionar en el terreno.
El proyecto inicial de la iglesia contemplaba un templo para acoger a 300 personas. De ver la luz, sería la primera iglesia ortodoxa de construcción de Castilla-La Mancha para una comunidad, la rumana, «muy viva, dinámica y con muchos fieles» en Alcázar de San Juan, como comenta a este medio el actual párroco. Su construcción se tenía previsto sufragar a base de donativos y ayudas de los propios feligreses y también de otras personas que quisieran colaborar con la causa, aunque con el transcurso de los años y la subida de los materiales, se espera que la inversión inicial sea ahora mayor.
Un día de recuerdo.
El 29 de marzo de 2015, domingo, tuvo lugar la ceremonia de colocación y bendición de la primera piedra de la futura iglesia ortodoxa rumana con la participación del obispo ortodoxo de España y Portugal Monseñor Timotei, sacerdotes ortodoxos, autoridades del Consulado rumano de Ciudad Real, miembros de la Asociación Hispano- Rumana de Ciudad Real, además del sacerdote católico Francisco José López Sáez, doctor en Teología y profesor del Instituto Teológico de Vida Religiosa en Madrid, y otras autoridades. Fue un día para el recuerdo, especialmente para la comunidad rumana.