La mujer de Manzanares que denunciaba a su marido por intentar matarla con una herramienta de labranza, en noviembre de 2022, no ha comparecido esta mañana en la Audiencia Provincial, obligando al tribunal a interrumpir la vista oral hasta el 29 de abril, tras volver a citar tanto a ella como a su hijo bajo la amenaza de mandar "a la fuerza pública" en el caso de que vuelvan a faltar, en palabras del presidente de la sala, el magistrado Ignacio Escribano, visiblemente enojado. Un mandato que el abogado de la denunciante, José Guzmán, acataba con resignación, explicando posteriormente a La Tribuna que su representada le había avisado en el último momento de una indisposición causada por un ataque de ansiedad.
La presunta víctima, junto a su hijo en calidad de testigo, eran los únicos que no asistían a un juicio en el que sí se interrogaba al acusado, Said J., un ciudadano marroquí que se enfrenta a una petición de pena de 9 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, según la calificación tanto del ministerio fiscal como de la acusación particular. Él negaba los hechos y solo reconocía que acudió al domicilio de su mujer, con la que ya no convivía al haber iniciado los trámites para el divorcio, para recoger sus pertenencias, y que lo hizo portando una alcotana porque es la herramienta que utiliza en su trabajo en el campo, del que venía en ese momento. Tras llamar a su puerta y no abrir ella, Said le pidió a una vecina que llamara por él para que le abriera, y acto seguido, afirmaba el acusado, entró en el piso y allí recibió una bofetada de su mujer, a lo que él correspondió con otra. En ningún caso, aseguraba él, la intentó agredir con la alcotana, que antes había dejado en el suelo, y también negaba que en el interior de la vivienda intentara acceder al cajón de los cuchillos de la cocina para coger uno de ellos e intentar clavárselo, como sí recoge la denuncia.
Un relato que choca claramente con el testimonio de la vecina, que ha afirmado ante el tribunal que cuando la presunta víctima abrió la puerta, el acusado alzó su brazo derecho con la intención de clavarle la herramienta, algo que no pudo hacer ya que ella misma logró quitársela tras forcejear con él. "Le quité el hacha cuando la tenía a unos centímetros de su cabeza, y luego la amenazó diciéndole que la iba a matar", explicaba la vecina, que acto seguido guardó la alcotana en su casa, para después llamar a la Guardia Civil y entregarla a los primeros agentes de la Policía Local que acudían al lugar de los hechos.
El acusado, con antecedentes penales por tráfico de drogas y que permanece ingresado en Herrera de La Mancha desde entoces, insistía en que cuando logró acceder a la vivienda de su expareja, lo hizo con la única intención de recoger su efectos personales, y que lo hizo bajo los efectos del alcohol y drogas.