Un oasis en el corazón del Campo de Montiel

J.M. Beldad / A. Pobes
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El Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera se ha convertido en un refugio de verano para aquellos que buscan un respiro de calor. El complejo lagunar recibió sólo en los meses de julio y agosto más de 241.271 visitantes

Un oasis en el corazón del Campo de Montiel - Foto: Tomás Fernández de Moya

Las Lagunas de Ruidera, un conjunto de quince espejos de agua en medio de la aridez manchega, se han convertido en un refugio de verano para aquellos que buscan un respiro del calor. Este paraje natural, que se extiende entre Ciudad Real y Albacete, atrae a miles de visitantes cada año. Ruidera no se concibe sin el Parque Natural. Es la niña de sus ojos. Su joya. Su tesoro. Los datos hablan por sí solos: El año pasado recibió 538.442 turistas. Sólo en los meses de julio y agosto congregó a 241.271 personas. Asimismo, buena parte de la población tiene su sustento en el Parque, ya sea de manera directa o indirecta. 

En las últimas semanas, las Lagunas han experimentado una ocupación hotelera y de casas rurales casi total durante los fines de semana, un reflejo de su creciente popularidad. Las familias, grupos de amigos y parejas encuentran aquí un oasis donde desconectar, rodeados de naturaleza y lejos del bullicio urbano.

Carla y Tadeo (25), una joven pareja de Madrid, han decidido pasar el día en la Laguna del Rey. «Tadeo ha venido varias veces y siempre me hablaba maravillas de este sitio, así que hemos venido en moto para disfrutarlo juntos», comenta Carla mientras se refrescan en la orilla. Este es un destino al que Tadeo regresa cada vez que tiene la oportunidad, atraído por la «tranquilidad y la belleza del entorno».

Un oasis en el corazón del Campo de MontielUn oasis en el corazón del Campo de Montiel - Foto: Tomás Fernández de MoyaA pocos metros de ellos, Antonio y su mujer, una pareja de Membrilla, disfrutan de un descanso más prolongado. Les han prestado una casa y han decidido quedarse cuatro o cinco días para desconectar de la rutina diaria. Ellos, como muchos otros, encuentran en las Lagunas de Ruidera un refugio de paz, un lugar donde el tiempo parece detenerse.

En la Laguna La Colgada, Mario (21), de Ciudad Real, ha venido con su familia acompañado de otra familia amiga de Sevilla. Han planeado un con senderismo y kayak. «Queríamos enseñarles el entorno a nuestros amigos. Las Lagunas tienen una energía especial, y para los dos pequeños es una aventura», explica Mario mientras preparan las mochilas. Las risas de los pequeños se mezclan con el murmullo del agua y el trasiego de la gente que llega a mediodía.

Por su parte, Manuel (47), también de Granada, ha llegado con otras dos parejas de amigos y sus hijos. Para ellos, es la primera vez en las Lagunas, un descubrimiento que les ha dejado maravillados. «Es un paraíso natural. Nunca imaginamos que en La Mancha encontraríamos un lugar así, y te aseguro que volveremos».

Un oasis en el corazón del Campo de MontielUn oasis en el corazón del Campo de Montiel - Foto: Tomás Fernández de MoyaSin embargo, no todo es igual que en años anteriores. Según Iván, un joven de 32 años natural de Ruidera que se dedica al alquiler de barcas en la Laguna Santos Morcillo, «entre semana está más flojo y todo se ha vuelto más caro». A pesar de la alta afluencia de visitantes durante los fines de semana, especialmente de familias que vienen del norte de España y Cataluña, los días laborables no están alcanzando los niveles esperados. Esta situación también la ha notado el propietario del Bar Los Chamizos, un negocio que lleva en pie desde 1986. «Ha bajado el consumo y la afluencia de gente entre semana, aunque los fines de semana se nota más movimiento», comenta, señalando la presencia de su propia familia, que ha venido desde el País Vasco para pasar unos días en Ruidera, algo que en lo que coincide con Iván: «Viene más gente del norte, de Cataluña, de Aragón…»

EL TESORO DE RUIDERA. Este año, la temporada de verano se está desarrollando con «normalidad, sin incidencias que reseñar y con gran afluencia de turistas», principalmente, los fines de semana, cuando el Parque Natural recibe una media de unos 20.000 visitantes. El verano dispara la afluencia en Las Lagunas. Es la época más fuerte para la economía del municipio, aunque este año «algunos hosteleros se han quejado de que ha habido menos gente entre semana que otros años», comenta la alcaldesa del municipio, Josefa Moreno. Aún así, las cifras son muy positivas como ocurrió el pasado puente del 15 agosto, día de la Asunción de la Virgen y festivo en toda España. «Hubo mucha gente y estuvo repleto», comenta Moreno con satisfacción para señalar después que los primeros días de septiembre es también otra de las fechas elegidas para visitar este oasis. 

El Parque Natural es «el recurso que más beneficios económicos reporta» para un municipio como el de Ruidera, «donde no hay agricultura ni ganadería». «Se vive del parque, y todos los recursos del pueblo vienen del turismo», reconoce Mereno. Por ello, no es de extrañar que Ruidera centre todas sus miradas en este humedal manchego, donde cada año se introducen nuevas mejoras. En esta ocasión, recuerda la regidora, se han repartido ceniceros portátiles y reutilizables por parte del grupo de Limpieza Voluntaria de las Lagunas y de momento, la iniciativa «está teniendo buena aceptación». «Todos los años intentamos concienciar a la gente que retire los restos que origina, pero no todo el mundo lo hace», lamenta. Es, quizás, la única parte negativa de este paraje de gran belleza que componen 15 lagunas localizadas en  Castilla La Mancha, en los límites de las provincias de Ciudad Real y Albacete. 

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Un oasis en el corazón del Campo de Montiel - Foto: Tomás Fernández de Moya
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Un oasis en el corazón del Campo de Montiel - Foto: Tomás Fernández de Moya

A pesar de la belleza de las Lagunas de Ruidera, el aumento del turismo también trae consigo ciertos retos. La presión sobre los recursos naturales y la necesidad de mantener el equilibrio entre la conservación del entorno y el desarrollo turístico son temas recurrentes entre los locales. Los visitantes coinciden en que, aunque el turismo ha transformado las Lagunas en un destino popular, aún conservan ese encanto único que las distingue. La combinación de aguas cristalinas, vegetación exuberante y cielos despejados sigue siendo irresistible para aquellos que buscan un respiro del calor veraniego. Sin embargo, mantener ese equilibrio será clave para que las Lagunas de Ruidera sigan siendo un paraíso durante muchos veranos más.