Malestar en los regantes tras las juntas de explotación

M. Lillo
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Los representantes de las masas de agua no han participado al convocarse de forma telemática y expresan su disconformidad con las dotaciones propuestas

Una explotación de regadío de la provincia, en una imagen de archivo. - Foto: Fotos Rueda Villaverde

La ronda de juntas de explotación que ha celebrado la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para analizar el estado de las masas de agua subterráneas y planificar el régimen de extracciones para el año que viene llegó ayer a su fin, dejando una sensación de malestar en las comunidades de usuarios.

El primer motivo de disconformidad se encuentra en la forma, ya que el organismo de la cuenca convocó las reuniones de manera telemática, lo que chocó con el 'no' de los representantes de las ocho comunidades de usuarios de agua subterránea (CUAS) del Alto Guadiana, que reclamaron la presencialidad al tratarse de encuentros de sólo «entre 10 y 15 personas» y tener suficiente calado como para abordarse en un 'cara a cara'. Al no contemplar la CHG su petición, ninguno de los representantes ha participado en las juntas de explotación.

El segundo motivo de malestar guarda relación con el fondo, con la dotación de agua que tendrán para regadío de cara a la campaña que viene, ya que no están de acuerdo con la propuesta del organismo de la cuenca. Así lo planteó ayer el presidente de la masa Campo de Montiel, Juan Vázquez, quien denunció el recorte que le plantean: un volumen máximo de extracción entre junio y septiembre de 5,74 hectómetros, frente a los seis que pide la comunidad. «Es una apisonadora», denunció Vázquez.

También han manifestado estos días su desacuerdo los presidente de las masas de agua Mancha Occidental I y II, para las que se plantea por parte de la administración el mantenimiento de las dotaciones de este año: 1.800 metros cúbicos para herbáceos y 1.350 para leñosos, mientras que las CUAS solicitaban 2.000 y 1.500, es decir, volver al nivel previo a 2019.  

Sin embargo, la CHG informó del empeoramiento del estado de dichas masas, que se alejan del objetivo de lograr el buen estado cuantitativo y por ello abogaba por mantener la dotación que ya recortó en campañas previas.

Tampoco están contentos en Rus Valdelobos, pese a que en este caso se aumentan ligeramente sus dotaciones, al pasar 1.800 y 1.350 a 1.400 y 1.900 metros cúbicos por hectárea. Desde Sierra de Altomira calificaron de «insuficientes» las asignaciones que plantea el organismo de la cuenca, del mismo modo que en Campo de Calatrava se quejaron del recorte de 100 metros cúbicos por hectárea que le aplicarán para el año que viene.

 

ARCHIVADO EN: CHG, Campo de Montiel