No llueve, y la grave sequía ha hecho reaparecer uno de los tesoros que esconde el río Jabalón a su paso por Granátula de Calatrava. Se trata de los restos de un puente romano construido hace aproximadamente 1.900 años por Publio Baebio Venusto, personaje importante de la ciudad, y cuyos restos ven la luz solo cuando los niveles del Jabalón son bajos. Y lo son desde al menos los últimos años, cuando el embalse se encuentra al mínimo de su capacidad.
Al pie del puente, el arqueólogo en el Yacimiento de Oreto y Azuqueca, Juan Manuel Donoso, observa con admiración ese puente romano que se esfuma con las inundaciones, pues en 2011 fue la última vez que se escondió para reaparecer años más tarde, cuando en 2019 se dejó entrever. A día de hoy, ha resurgido por completo.
«Es la obra de ingeniería y obra pública más antigua de la provincia de Ciudad Real y no sabemos si con participación privada», argumenta bajo uno de los ojos del puente que quedan en pie, pues desde su construcción, a finales del siglo I y principios del siglo II d. de C, «ha sufrido cientos de inundaciones y riadas» que lo han ido deteriorando a lo largo de los siglos. «En el siglo XVI hay unas grandes avenidas del río Jabalón, y entre 1565 y 1567 llega una fuerte inundación que hace caer parte del puente dejando al descubierto la lápida fundacional», recuerda. Se trataba de una inscripción latina cuya aparición fue muy sonada en la zona, hasta tal punto que el pseudo historiador comendador de Torraba se la llevó a su casa de Almagro para estudiarla, y desde entonces no ha regresado a Granátula permaneciendo en la actualidad en el Consistorio almagreño, dice.
El tesoro que esconde el río Jabalón - Foto: Rueda VillaverdeEl puente, de unos 130 metros de largo y casi cuatro de ancho, incluyendo los petriles, posee diez arcos, aunque solo permanecen ocho bien diferenciados y dos casi ocultos. En sus cimientos, comenta, acumula muchos sedimentos, por lo que «se piensa que puede tener una altura de casi cinco metros, ya que se ha ido sepultando alcanzando ahora solo los tres metros de altura». De dominio público, y propiedad de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, el Ayuntamiento confía en que esta joya hidráulica sobreviva a la próxima inundación, aunque «la construcción de un anillo a su alrededor impediría su derrumbe y evitaría que las fuertes salidas de agua choquen contra este puente», construido con mampostería combinando piedras irregulares.
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