Los regantes, ante una campaña sin riego, la primera en años

M.L
-

Torre de Abraham, Gasset y el Vicario se ponen ya en el peor escenario debido a la sequía y prevén que sólo tendrán una dotación para evitar la mortandad de leñosos

Los regantes, ante una campaña sin riego, la primera en años - Foto: Tomás Fernández de Moya

La situación de escasez de los embalses de la provincia ha puesto en la peor situación a comunidades de regantes de la provincia, que se preparan para encarar la primera campaña en muchos años sin agua para el riego de sus cultivos. Si el tiempo no lo remedia y no aparecen pronto y de forma generosa las lluvias, algunas de las principales comunidades de regantes de la provincia son conscientes de que no podrán sembrar sus cultivos porque no hay reservas en los embalses para poder regar.

Este es el panorama que ya atisban y reconocen las comunidades de regantes de Torre de Abraham, del Gasset y del Vicario, mientras que la comunidad de regantes de Peñarroya representa una excepción ante esta situación de sequía. Un oasis en un desierto.

Así, si bien el embalse de Peñarroya sigue desembalsando agua al estar al borde de su capacidad, los embalses de Torre de Abraham, Gasset y el Vicario se encuentran con un nivel muy bajo de reservas, insuficientes para destinarla al riego y necesarias para garantizar el consumo de la población.

De esta forma, los responsables de esas tres comunidades de regantes son conscientes de que en la próxima reunión que mantenga la Junta de Explotación que convocará la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), prevista para este mes de marzo y pendiente aún de convocar por el organismo, no se les autorizaran recursos hídricos para la campaña de riego, sólo los necesarios para evitar la mortandad de cultivos como el olivar o el viñedo.

«No nos lo tiene que decir la Confederación, lo sabemos nosotros, no hay agua», afirmó a este diario el presidente de la Comunidad de Regantes del Vicario, Narciso Ruiz, en referencia a la mala situación que atraviesa este embalse. El Vicario está declarado en situación de emergencia desde el verano y apenas almacena cuatro hectómetros cúbicos, por lo que si el año pasado ya solo tuvieron cinco hectómetros cúbicos y el anterior siete, de los entre 10 y 12 que se le asignarían en condiciones normales para regar, saben que la dotación para esta campaña será «de menos de un hectómetros cúbico», lo mínimo para evitar que se mueran los cultivos leñosos.

«Este año es el primero de muchos que no vamos a poder regar salvo que la cosa se arregle, pero este año no hay mucha esperanza, a menos que ocurra un milagro», agregó Ruiz, quien explicó que los agricultores «no sembrarán porque no pueden regar» y dirán adiós a cultivos hortícolas, maíz o alfalfa que tradicionalmente suelen plantarse en la zona.

un panorama «oscuro». Las previsiones son «malas, oscuras»,  afirmó con pesadumbre la presidenta de la Comunidad de Regantes de Torre de Abraham, María del Mar Rodríguez. Este embalse, el gigante de la provincia con capacidad para más de 180 hectómetros cúbicos, apenas tiene 18 hectómetros. La situación «es de preocupación» y los regantes de la zona son conscientes de que si la primavera no llega acompañada de lluvias, sólo tendrán agua para evitar que se mueran los leñosos.    

La presidenta de esta comunidad de regantes prevé que, de seguir así las reservas, sólo podrían tener «un hectómetro cúbico» frente a los 28 autorizados el año pasado, cuando también pidieron un hectómetro cúbico adicional para el maíz tardío y les fue denegado por la Confederación Hidrográfica del Guadiana.

«Se ve feo»», reconoció Rodríguez para explicar a renglón seguido que no se podrán cultivar muchos productos tradicionales en la zona de Torre de Abraham. Este «problema» se sumará, además, a los bajos precios que tienen los productos agrícolas. «Esa es otra lucha», apuntó en relación a las protestas que están protagonizando los agricultores por toda España y que retomarán en Ciudad Real el próximo día 9.

De esta forma, el maíz o los hortícolas que tradicionalmente se siembran en esta zona del embalse de Torre de Abraham desaparecerán del horizonte de estos campos. Eso puede suponer importantes problemas económicos para los agricultores que, sin embargo, tienen que hacer frente a créditos o al pago de las cuotas a la CHG, lamentó Rodríguez.

A pesar de que el otoño y el invierno ha venido torcido en cuanto a lluvias, con apenas una ligera recarga de los embalses, Rodríguez ve un rayo de esperanza. Indicó que el río Bullaque y El Milagros corren con algo de agua y que, por tanto, «con pocos litros que lloviera, unos 50 o 60, mejoraría la situación». En este sentido, se remontó a finales de febrero de 2018, cuando tras un largo periodo de sequía, comenzó a llover con fuerza toda la primavera y los embalses llegaron a rebosar. De no ser así este 2020, reconoció, será una ruina para la zona, que pasaría a ser «un desierto», puesto que de la agricultura no sólo viven quienes se dedican de forma directa a ella, sino también muchos de los negocios que, indirectamente, generan empleos vinculados al sector primario.

en el gasset. La situación en el embalse de Gasset, el que abastece a Ciudad Real y su comarca, no es mejor para los regantes de la zona. Este embalse almacena actualmente unos 15 hectómetros cúbicos y con esas reservas el presidente de la Comunidad de Regantes del Gasset, Cesáreo Salcedo, estima que la CHG sólo les autorizará un hectómetro cúbico para riego «o menos». En este caso, los leñosos  también serían los receptores de esa cantidad de agua que creen que les podría autorizar el organismo de la cuenca.

«No es suficiente» para los cultivos que tradicionalmente se siembran en las inmediaciones de este embalse y por ello también se despedirán de la siembra de cultivos hortícolas. «Sólo se harán riego de supervivencia», dijo Salcedo tras recordar que los derechos de riego concedidos se elevan hasta los 5,5 hectómetros cúbicos.

«Hay que resignarse, es lo que hay», apostilló no sin antes lanzar una crítica en relación al hecho de que los ayuntamientos aún no se han enganchado a la tubería a la llanura manchega. «Han hecho una inversión faraónica para que ahora la CHG no tenga a quién entregarla», criticó.

El embalse de Gasset abastece a una población de más de 100.000 habitantes de los municipios de Ciudad Real, Miguelturra, Torralba de Calatrava, Carrión de Calatrava, Poblete, Alcolea de Calatrava y Picón. Su consumo anual se sitúa por encima de los siete hectómetros cúbicos, por lo que con las reservas actuales el abastecimiento está garantizado para alrededor de un año y medio, teniendo en cuenta que cuando la reserva llega a un nivel muy bajo de agua se acumula una gran cantidad de lodos que dejan el agua en unas condiciones difíciles para el consumo humano.

Además, el plan de sequía establece que a partir de los 14 hectómetros cúbicos, el Gasset debe solicitar una derivación desde Torre de Abraham, si bien en este caso hay que tener en cuenta que éste último embalse sólo tiene 18 hectómetros cúbicos y también debe abastecer a la población de su entorno.

un oasis. Como un oasis en un desierto. Así podría definirse la situación que presenta el embalse de Peñarroya, que sigue desembalsando agua al superar el 90 por ciento de su capacidad. De este modo, el presidente de la Comunidad de Regantes de Peñarroya, Bernabé Ruiz, confía en no tener restricciones al riego y mantener los 25 hectómetros cúbicos con los que contaron el año pasado para los cultivos, de los que sin embargo sólo gastaron 18. «No deberíamos tener restricciones, ya que el embalse está al 94% de su capacidad», dijo para subrayar después que el 98% de sus cultivos cuentan con riego por goteo tras las obras de modernización que ejecutaron.

Aguas subterráneas. En relación a las aguas subterráneas, hay que recordar que ya en diciembre la CHG aprobó un recorte de dotaciones de entre 5 y el 6,67 para las masas Mancha Occidental I y II, situando el nivel de extracciones en 1.400 metros cúbicos por hectárea para los leñosos y en 1.900 para los herbáceos.