Los rostros que se ha llevado el coronavirus

D. R.
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El COVID-19 se ha llevado a casi 1.000 ciudadrealeños en poco más de un mes sin hacer distinciones sociales o económicas

Los rostros que se ha llevado el coronavirus

Si hay algo que iguala a todo ser humano es la muerte. Nadie puede escapar a la parca. Desde el más rico al más pobre, desde la nobleza al pueblo llano, y desde las instituciones al vecino de a pie, la enfermedad COVID-19 ha sesgado las vidas de miles de españoles en poco más de un mes, varios de ellos ciudadrealeños o con vinculación con esta provincia. El coronavirus se ha llevado por delante a empresarios de renombre como Alfonso Cortina y sindicalistas como Juan Francisco Serna o José Ángel Olivares, miembros de la nobleza como Carlos Falcó, marqués de Griñón, o representantes vecinales como Julián Serrano.
Pero también a quienes combaten al virus en primera línea, como los médicos Jesús Montarroso y Sara Bravo, la auxiliar de clínica Pilar García, la farmacéutica Amparo Gadea o el piloto del Sescam Florentino Sánchez, además del guardia civil Francisco Javier C. G. Y todo ello sin olvidar a servidores de lo público como el exalcalde de Alcázar de San Juan Anastasio López o Francisco del Campo, canónigo de la Catedral de Ciudad Real, así como representantes del mundo de la cultura como Arcadio Calvo, cronista oficial de Almagro.
Por desgracia, estas personas no han sido todas las que el coronavirus se ha llevado en la provincia, sino que hay lamentar más, muchísimas más, personas anónimas que en muchos casos ni sus familias han podido despedirse de ellas como les hubiera gustado debido al confinamiento por el estado de alarma. Muchas de ellas han fallecido en residencias geriátricas, que registran una cuarta parte de las muertes por COVID-19.

 

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