El término ábside pertenece al ámbito de la arquitectura, más concretamente a la arquitectura religiosa cristiana. Se trata de una parte del templo, iglesia o santuario, abovedada y comúnmente semicircular o poligonal, donde se instalaban el altar y el presbiterio. El ábside es la parte de la construcción situada en la cabecera, que cierra el presbiterio y se proyecta hacia el exterior de las iglesias, sobresaliendo de la construcción.
La palabra ábside proviene del griego aspis que significa arco o bóveda, y el nombre fue elegido para esta sección de la iglesia porque normalmente las construcciones religiosas de este tipo solían tener una cabecera con forma de arco, a pesar de que con el transcurrir del tiempo tal diseño ha ido variando.
Era costumbre en el románico y también en otras arquitecturas medievales que la cabecera del templo se encontrase en el extremo oriental de la iglesia. La razón de esta orientación canónica es la de que los primeros rayos de luz del día debían incidir en ella, porque este lugar sumamente santo simboliza a Jesucristo, que es, según el Nuevo Testamento, 'la luz del mundo'.
El ábside de la iglesia de San Pedro - Foto: Rueda VillaverdeLa forma semicircular típica del ábside puede observarse tanto desde el interior del templo como desde afuera. El ábside, por tanto, presenta una cara exterior y otra interior, ambas reciben el nombre de ábside, aun cuando su configuración arquitectónica, ornamental, pueda ser muy distinta.
El ábside de la iglesia de San Pedro, que hoy podemos contemplar casi en su integridad, estuvo oculto, hasta hace relativamente poco tiempo, por una serie de edificaciones construidas adosadas al mismo. El ábside quedó al descubierto en el año 1973 como consecuencia de la demolición de una serie de casas que lo tapaban y que se habían visto seriamente dañadas como consecuencia de un incendio.
Una vez demolidas las casas afectadas por el siniestro y retirados sus escombros, quedó a la vista el bello e interesante ábside de la iglesia de San Pedro. Se trata de un ábside poligonal que en su parte interior consta de siete lados, abriéndose al exterior cinco ventanas geminadas ojivales, en los cinco vanos centrales. Su estructura inicial se modificó considerablemente al realizar las dos capillas existentes a cada lado del ábside: la capilla de San Juan Bautista, al noreste, y al otro lado del ábside con orientación sureste, la capilla de los Veras.
De la existencia del ábside se había hablado y especulado mucho, pero hubo que esperar a la ocurrencia de un siniestro para que quedase al descubierto. En un principio, el solar resultante de la demolición de los edificios anexos al ábside, fue destinado durante bastante tiempo a aparcamiento de vehículos, tal y como podemos comprobar en la fotografía antigua.
Hubo bastantes polémicas en relación con el fin de que se le debía dar a este espacio. En el año 1977, ante el rumor de que se iba a construir un edificio de viviendas, el pleno de la Comisión Provincial de Monumentos, que era presidida por aquel entonces por don José Antonio García Noblejas, solicitaba que el ábside quedara exento de toda construcción y en su entorno se construyera una zona ajardinada.
Finalmente, se optó por una solución intermedia, en el sentido de que se paralizó el proyecto de construcción del edificio de viviendas y se autorizó la construcción del nuevo edificio de la Cámara de Comercio, que, aunque impedía la perspectiva de ver el edificio de lejos, si respetaba una amplia franja de terreno entre el ábside y el edificio de la Cámara de Comercio, suficiente como para poder contemplar esta belleza arquitectónica satisfactoriamente.