Sergio Pardilla (Caja Rural) concluyó este domingo su quinta Vuelta a España en su sexta participación. Más allá de la posición que ocupó en la general (el 88 a más de tres horas y media del ganador final, el esloveno Primoz Roglic), el auténtico objetivo del escalador de Membrilla era ser protagonista en alguna fuga para optar a triunfos de etapa. No lo consiguió y por ello el balance que hace en cuanto a su actuación personal no es bueno. «Estoy un poco decepcionado por el rendimiento que he ofrecido. El sentimiento que tengo es de desilusión. Llegaba bien y me encontraba bien, pero sinceramente no he rendido como esperaba».

Entre las causas que enumera para explicarlo, asegura que esta edición de la Vuelta a España «ha sido muy exigente. Apenas ha habido días de tregua y todo se ha vivido con mucha intensidad, se peleaba todo. Además, este año el tema de los traslados ha sido terrible. Quizá también la edad, tengo 35 años y no recupero igual. A ritmo medio me encontraba bien, pero cuando la gente arrancaba veía que no podía. Esto es deporte y hay veces en la que todo te sale bien y otras que no arrancas».

En este contexto, no huye ni supone ningún tabú para él hablar de la palabra retirada. En enero será padre de una niña y estos días también se somete a unas analíticas para conocer exactamente el origen del coágulo en su pierna izquierda que le mantuvo en el dique seco más de cuatro meses al inicio de temporada. Señales de que su carrera deportiva puede estar llegando a su final. Pardilla asegura estar «muy tranquilo» en este sentido y preparado para cuando llegue la hora.

De momento, esta semana será de recuperación y a principios de octubre participará en tres clásicas en Italia. El tiempo dirá si serán sus últimos días con un dorsal en el pelotón profesional.