La asociación turística Tablas de Daimiel, a través de su presidente, Jesús Pozuelo, ha expresado su disconformidad con la decisión de bombear agua de los pozos de emergencia a las Tablas en uno de sus peores años de sequía. Y es que, como ha comentaba Pozuelo, se trata de “un parche” con el que sólo se va a inundar una pequeña parte del parque. “No entendemos que no se recurra al trasvase Tajo-Segura por la Tubería Manchega como se hizo en 2009”, apuntaba.
Según ha sugerido el patronato rector del parque, sólo un trasvase de urgencia permitiría aportar agua en cantidad suficiente como para que las visitas al humedal sean atractivas. Esta decisión afecta directamente a todos los negocios y empresarios que se mantienen del turismo en la localidad y que en los últimos meses han visto su actividad considerablemente mermada. “Nadie pide que se envíe agua del Tajo por el cauce seco del Cigüela, pero no nos dan razones de por qué no se puede usar la conducción”, ha remarcado Pozuelo.
Estas quejas se trasladarán al Ministerio para la Transición Ecológica y a la Consejería de Desarrollo Sostenible del Gobierno de Castilla-La Mancha a través de una carta que se enviará en nombre de los empresarios turísticos que opinan que la administración se está saltando sus propias normas encharcando de manera artificial únicamente 36 hectáreas de las 1.800 posibles. “La ley del trasvase Tajo-Segura y el plan rector de uso y gestión del parque contemplan que cuando se cumplen una serie de condiciones como ahora, cabe la posibilidad de un trasvase; que haya un mínimo de 400 hectómetros cúbicos de agua en los pantanos de cabecera, se da, y menos de 600 hectáreas de encharcamiento al final de la estación seca en el parque, como ahora”, ha declarado el presidente de la asociación.
Y es que, como ya se comentó en marzo, la primera activación de la batería de pozos de emergencia no ha solucionado el problema. Los empresarios de turismo hacen hincapié en la importancia del parque como motor turístico no sólo de Daimiel, sino de toda la comarca, y más en momentos tan delicados como estos por la crisis del coronavirus. La mala situación en la que se encuentra el parque nacional de cara al invierno está repercutiendo en el escaso número de visitantes, pese a su condición de ser el primer humedal de España y referente de actividades al aire libre, más seguras en plena pandemia.
Este descenso se nota, por ejemplo, en la empresa de visitas guiadas propiedad de Pozuelo, una de las varias que operan en el parque, que ha experimentado un descenso del 39% en el número de visitantes en septiembre respecto al anterior, lo que supone un 49% menos de la media de los últimos seis años.