Más de 3.267 personas fueron llamadas este sábado en cuatro institutos de la capital para participar en las oposiciones de maestros. Las de primaria fueron las que se desarrollaron en la capital donde se presentaron finalmente 2.647 aspirantes el 81 por ciento, para hacerse con una de las 340 plazas, una de las mayores ofertas de plazas los últimos años. La ausencia de casi el 20 por ciento de aspirantes dejó el ratio en 7,8 aspirantes por plaza del 9,6 inicial con el que se partía en las oposiciones. En la región fueron 8.837 de los 11.157 aspirantes a ocupar una de las 1.050 plazas a las siete especialidades convocadas al Cuerpo de Maestros, sumando las especialidades que se hacían en el resto de provincias como inglés o audición.
Ni en Santa María de Alarcos, ni en Maestre de Calatrava ni en El Torreón hubo incidentes en Ciudad Real y en el Juan de Ávila, sede del Tribunal 1 fue donde se concentraron aquellas personas con necesidades concretas como mujeres embarazadas que por su alta fecha de gestación han optado por hacer la prueba en Ciudad Real, aunque se correspondiera otro tribunal; una persona que se encontraba en tratamiento con cáncer; o personas que hacían la prueba por discapacidad y que necesitaban adaptaciones, como el uso de un ordenador en vez del bolígrafo y papel. Poco antes de las 10 arrancaba el examen y a las 12 horas aproximadamente, tras un descanso, se inició la parte práctica de la prueba, informaron los responsables de CSIF, CCOO y de ANPE, Lorenzo Domínguez, Juan Carlos Gómez y Mónica Sánchez de la Nieta. Durante más de cuatro horas los opositores se jugaron su futuro.
Más allá de estos aspectos hubo anécdotas como quienes se equivocó de instituto o durmió en su vehículo, llegado de otra provincia, al estar los hoteles al completo. Entre las dudas al inicio había personas que preguntaron qué necesitaban para entrar en bolsa, se hace media con los dos exámenes; la fecha de las notas, que será el 3 de julio y el día para exponer la unidad didáctica, que aún no se sabe.
En el exterior del instituto hubo muchos familiares, esperando que el inicio del examen fuera correcto como María Teresa Castellanos quien acompañaba a su hermana Esther Castellanos. La opositora vino el viernes de Villanueva de Bogas, un municipio toledano, para dormir en casa de su hermana con su novio y participar en la prueba. «Hemos desayunado y ella nos ha mirado», explicó como un modo de mostrar los nervios que hay en este día. «Lleva dos años estudiando, más intensamente un año», en la que es su segunda vez frente a este examen. La primera vez suspendió. «Yo estoy orgullosa de ella porque para mí ha sido un referente, y espero que todo vaya bien».
Mientras, desde Albacete, llegaron Dolores Méndez y María Calero, madre e hija, recién salida de la facultad para presentarse a su primer examen. Durmieron en un hotel, aunque «ni aquí ni allí se dormía», tras un año estudiando con un preparador de oposiciones para sacarse la carrera. «Ella viene de prueba pero nosotros venimos con la idea de que tiene las mismas oportunidades que si esta fuera la sexta vez», expuso mientras su hija estaba en el llamamiento.
De Albacete llegaron también Sergio Martínez, maestro pero opositor a Policía Nacional y su novia, Sandra Garrido, con dos oposiciones a sus espaldas, una en Andalucía y otra en Castilla-La Mancha antes de ayer, cuando logro entrar en bolsa. «Es complicado ser interina y estudiar más en un pueblo a tres horas de Albacete». «La oposición es constancia y sacrificio hasta que caiga», recordó Martínez tanto para él como para su novia.