En 1992 subirse a un tren de Alta Velocidad era garantía de puntualidad. La fiabilidad era tal que si se retrasaba tan solo cinco minutos, se devolvía el dinero. Era la eficiencia medida en tiempo y entonces el compromiso de puntualidad era santo y seña de Renfe para aquellos primeros 'pájaros' que volaban a 300 kilómetros por hora. Con el tiempo ese compromiso con el reloj se mantuvo alto, aunque comenzó a flojear. En 2011, hace algo más de una década, la empresa pública tuvo que devolver 73.500 euros por retrasos, todavía mantenía una puntualidad superior al 98 por ciento, según se desprendía de una respuesta parlamentaria dada en el Congreso a la entonces diputada nacional del PP Carmen Quintanilla en relación con los trenes Avant y AVE con parada en Ciudad Real. 

Los trenes han seguido surcando los raíles manchegos y en este periodo de tiempo el afamado compromiso de puntualidad ha perdido fuelle. En 2022, según datos facilitados por Renfe, la puntualidad en el corredor ciudadrealeño fue del 88,63 por ciento, esto es, ese porcentaje de trenes llegaron a la hora prevista supone un descenso de diez puntos sobre el 98 por ciento del año 2011. 

Según datos de la compañía ferroviaria facilitados a este diario, durante el pasado año hubo 6.536 circulaciones de trenes Avant entre Puertollano-Ciudad Real-Madrid y viceversa. El cálculo es fácil para saber que en términos absolutos hubo 5.792 trenes que llegaron puntuales y 744 llegaron con retraso, con más de tres minutos de demora según los parámetros de Renfe. 

Desde la compañía ferroviaria señalan que en esta línea en años anteriores, el compromiso de puntualidad se ha situado «en torno al 90 por ciento» y señalan a las obras de Adif para renovar la línea entre Yeles (Toledo) y Guadalmez «que han generado en algunos momentos retrasos» para explicar las demoras de los trenes que sufrieron, y denunciaron, los viajeros en 2022 

Pero las obras no han sido las únicas causas de lo que la Asociación de Usuarios Avant de Ciudad Real considera «un caos» y un «deterioro» del servicio que les ha hecho estallar en una concentración que ha tenido lugar esta madrugada, a las 6,15 horas, en la estación de la capital, antes de la marcha del primer tren rumbo a Madrid. «Estamos bastante enfadados y molestos», dijo su presidente, Álvaro García-Rayo, exponiendo sus quejas a La Tribuna por los continuos retrasos que han seguido también en enero y en lo que va de febrero. 

El 18 de enero, la avería en una catenaria a la altura de La Sagra provocada por un temporal derivó en una cadena de retrasos que tardó tres días en resolverse. Desde Renfe confirmaron que esas demoras afectaron a un tren que se quedó sin salida, otro con retrasos de 150 minutos, otro más de 113 minutos y varios que pasaron de la hora prevista de llegada entre 30 y 41 minutos, entre otros con un retraso más reducido. 

A esto se suman los recientes retrasos provocados por el robo de 400 metros de cable entre Brazatortas y Puertollano. Todo se une en un clima caldeado en el que el presidente de la Asociación de Usuarios Avant no sólo denuncia esas demoras, sino también «la falta de información» por parte de la empresa ferroviaria y ante el hecho «de que nadie de Renfe quiere reunirse con nosotros».

En este sentido, hay que tener en cuenta también que, según un informe del pasado 25 de noviembre de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, los trenes Avant fueron los segundos con más número de reclamaciones por parte de los usuarios, el 14,2 por ciento, por detrás de los trenes de alta velocidad low cost (bajo coste), que fueron los que generaron más reclamaciones, con el 19,8 por ciento del total de las presentadas.  

No obstante, el informe recoge que la satisfacción de los usuarios que viajaron en tren en el último año, el AVE fue el más valorado (75%), seguido del Avant (66%).