Las comunidades de usuarios de aguas subterráneas (CUAS) Mancha Occidental I y II, en el Alto Guadiana, pretenden llevar a la Junta de Explotación el mantenimiento de las dotaciones de agua para regadío de cara a la próxima campaña, mientras que la del Campo de Montiel considera que los actuales 12 hectómetros cúbicos «se quedan cortos» a tenor de la situación que atraviesa el Acuífero 24, «con las Lagunas de Ruidera rebosando y el pantano de Peñarroya desembalsando agua», tal y como afirma su presidente, Juan Vázquez. Unas pretensiones que tendrían que elevarse después a la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para su debate y aprobación definitiva. José Joaquín Gómez, presidente de Mancha Occidental II, muestra su disconformidad con la previsión de la Confederación de rebajar de 1.500 a 1.400 metros cúbicos por hectárea la dotación para leñosos, «unos cultivos sociales que generan muchos puestos de trabajo y que están ya bastante castigados». Subraya que lo «ideal» sería un incremento del agua para riego, pero lo considera «complicado» por la situación que atraviesa el Acuífero 23. «Aunque llueva es necesaria una transición larga para que se recargue y en eso la CHG es muy tajante», apostilla. Otra de las principales reivindicaciones de esta masa es la autorización por parte del organismo de cuenca de la cesión parcial de derechos. «Hay regantes que quieren vender parte de sus derechos y otros que quieren comprarlos para iniciar una actividad agrícola, pero actualmente, o se hace en su totalidad o nada», remarca Gómez. Al igual que su homólogo de Mancha Occidental II, Ángel Bellón, presidente de la CUAS Mancha Occidental I, defiende un plan de extracciones para 2020 idéntico al del presente ejercicio en cuanto a dotaciones, es decir, con 1.500 metros cúbicos por hectárea para leñosos y 2.000 para herbáceos. Sostiene que las últimas lluvias hacen viable esta petición. Asimismo, el presidente de Mancha Occidental I demanda que el programa de actuaciones regule la cesión o compraventa de derechos e incorpore las acumulaciones en las explotaciones familiares, «de gran importancia en esta masa». Una medida que considera vital para que puedan ser rentables. También pondrán sobre la mesa «una encomienda de gestión para agilizar los trabajos de limpieza de los pozos», agregó. Ángel Bellón hace hincapié en que tanto el Gobierno de España como la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha «tienen que dar una respuesta al Alto Guadiana, la zona más seca del país, para que las explotaciones agrarias de las que viven miles de familias puedan mantenerse». «Es un problema de Estado que requiere de la unidad de todas las masas», insiste el presidente de Mancha Occidental I, que alude a la necesidad de infraestructuras y «aportaciones de la propia cuenca y de otras de alrededor». En la CUAS del Campo de Montiel, que cuenta con más de 600 usuarios con 9.500 hectáreas de regadío, son algo más optimistas de cara a la próxima campaña. Hay que recordar que el régimen de explotación del Acuífero del Campo de Montiel fue modificado el pasado mes de julio, con un incremento de la dotación máxima para riego de 11 a 12,5 hectómetros cúbicos. Sin embargo, su presidente estima que esta cantidad «se queda corta» para el 2020 debido a las precipitaciones registradas en la zona en los últimos meses. Juan Vázquez resalta el buen estado en el que se encuentra actualmente el Acuífero 24 y apunta como evidencias unas Lagunas de Ruidera rebosantes de agua y un pantano de Peñarroya que se ha visto obligado a realizar desembalses. Con este escenario confía en alcanzar una cifra «en torno a 14 o 16 hectómetros cúbicos» para 2020. Otras CUAS, como la del Campo de Calatrava, todavía no tienen previsiones para la próxima campaña, a la espera, entre otros motivos, de ver cómo evolucionan las precipitaciones durante el otoño.