El año previo al año electoral, el movimiento de los padrones de ciertas localidades suele ser inusual. Es el caso, por ejemplo, de Navas de Estena, un municipio de los Montes de Toledo que durante el año pasado fue el que más se disparó en población en términos porcentuales. En tan sólo doce meses, ha pasado de 223 a 298, el pueblo que más creció (33%) a cierre de 2018, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y eso que llevan seis años sin que haya nacimientos, según recogió otra estadística del INE. Su alcalde, Isidro Corsino, lo achaca a la constante pelea que desde los medios de comunicación hacen por informar y «combatir la despoblación». Reconoce que parte de ese aumento, algo más de un tercio de esos 75 nuevos vecinos, se haya debido a la cita electoral de mayo. «Pero no todo el crecimiento, ni mucho menos», advierte. Su teoría, en cambio, es que «la presión mediática constante provoca que muchos vecinos que tienen doble residencia o que pasan la mitad del año en Navas de Estena hayan decidido empadronarse para que el pueblo no se quede vacío». En términos porcentuales, también aparecen pequeñas localidades que vieron cómo en el año pasado la población creció más que el resto, en relación a sus habitantes, pero con cifras más normales para su tamaño. Es el caso de Cañada de Calatrava (10%), Fontanarejo (5,36%), Villamayor (5,32%), Navalpino (4,11%) y Cabezarados (3,54%).

El fenómeno de crecimiento que sí se mantiene es el del entorno de  la capital, con Pozuelo de Calatrava, liderando durante varios años el incremento el padrón en valores absolutos. En 2018, ya situó su población por encima de los 3.500, récord absoluto de los últimos 22 años, cuando en 2006 apenas superaba los 2.500. Pero en lo que en otras zonas se llama el alfoz (conjunto de pueblos que pertenecen a otro principal), Ciudad Real ha visto cómo los municipios de alrededor están aprovechando mejor el tirón del crecimiento que la propia capital. Miguelturra y Poblete llevan veinte años ininterrumpidamente creciendo. Ahora esa dinámica parece llegar a Pozuelo, quizá motivado por un exceso de oferta de viviendas con precios muy por debajo del mercado por el stock del boom inmobiliario y al mismo tiempo permite acceder en un intervalo de 10 y 15 minutos a los servicios de la capital.