La calle Calatrava es una calle histórica, de gran longitud, trazada sobre el antiguo camino que conducía a Carrión de Calatrava y al castillo de Calatrava la Vieja, primera sede de la Orden de Calatrava. Por este antiguo camino era frecuente ver transitar a diario a los populares yeseros de Carrión de Calatrava, que venían hasta Ciudad Real transportando el yeso en carros tirados por mulas para repartirlo en costales por las distintas obras. El de yesero era un antiguo oficio, hoy desaparecido, que antaño trabajaba con un material fundamental en el sector de la construcción, muy utilizado en las edificaciones urbanas.
La calle Calatrava, durante sus más de siete siglos de historia, nunca ha cambiado su denominación y ha sido tradicionalmente una vía muy transitada y cargada de solera, antigüedad e historia.
En el número 11 de esta calle, haciendo esquina con la calle Audiencia, hoy Elisa Cendrero, existió una amplia edificación señorial donde habían residido miembros de la familia de los Forcallos, antes de trasladarse a su residencia de la calle Caballeros. Esta vetusta casa, que constaba de dos alturas, tenía su puerta principal de entrada en la calle Calatrava. La puerta estaba coronada por la cruz de Santiago y sobre esta existía un amplio balcón voladizo, escoltado por grandes ventanales y balcones, tal y como se observa en la fotografía antigua.
La Casa de los Corcheros donde empezó la Guerra Civil - Foto: Tomás Fernández de MoyaEn el primer tercio del siglo XX, la vivienda era habitada por la familia Mayor Macías y en su interior se instaló la fábrica de corchos de los hermanos Mayor, de ahí que fuese conocida popularmente como la 'Casa de los Corcheros'. La producción de los tapones de corcho es un proceso fascinante e interesante. Desde que el corcho sale de la dehesa hasta que se obtiene el producto final, el corcho pasa por diferentes etapas en las que el ser humano, la naturaleza y la tecnología se entrelazan y apoyan mutuamente. La fabricación de tapones de corcho fue una industria auxiliar que surgió a la sombra del vino. Sus comienzos coincidieron con el inicio del embotellado, ya que hasta pocos años antes el vino se comercializaba, básicamente, a granel,
En referencia a la 'Casa de los Corcheros' y como hecho histórico, hay que hacer el comentario de que la Guerra Civil, que comenzó con la sublevación militar del 18 de julio de 1936, se inició en Ciudad Real en esta antigua edificación, con un tiroteo entre afiliados de la Falange y un grupo de socialistas, con el resultado de varios muertos y heridos.
En 1943, la Diputación Provincial adquirió la Casa de los Corcheros y sobre su solar, una vez demolida la edificación, se promovió la construcción del grupo de viviendas José Antonio, destinadas a los funcionarios de la Corporación. El edificio, que consta de 54 viviendas situadas en dos bloques, distribuidas en cuatro plantas, fue proyectado por el arquitecto provincial Arturo Roldán Palomo. Las viviendas se entregaron en noviembre de 1947 y durante el acto de entrega de llaves se descubrió en el portal del nuevo edificio, una lápida con el nombre de los jóvenes falangistas que murieron en este lugar el 19 de julio de 1936 en el comienzo de la Guerra Civil. Esta lápida fue tapada en 1990 con un mural de azulejos con la imagen de la Virgen del Prado.