A finales de agosto de 1973 se cumplirán 50 años de uno de los descubrimientos arqueológicos más relevantes en la provincia de Ciudad Real. Cuatro agricultores que trabajaban en la finca de Justo Leal, en el término municipal de Albaladejo, hallaron unos curiosos pavimentos que resultaron ser mosaicos polícromos de una espectacular villa del bajo Imperio Romano: Puente la Olmilla. Daniel Lillo, uno de sus descubridores, ostenta actualmente la presidencia de la Asociación Cultural Miliario, un colectivo con diez años de historia que se ha volcado en el proyecto de recuperación de los tesoros que esconde esta casa señorial, levantada en el siglo III antes de Cristo, y sus alrededores.
«Vivimos en el Campo de Montiel, una comarca de la España vaciada, y creemos que este proyecto puede ser bueno y enriquecedor para el empleo, la hostelería, el comercio y a nivel turístico en un futuro», subraya la secretaria de Miliario, Maribel Ballesteros. Tal es así que se acogieron como entidad sin ánimo de lucro al plan de empleo de la Junta de Comunidades y la Diputación de Ciudad Real de 2019 y lograron la contratación de siete personas para trabajar en la villa romana a las órdenes de los arqueólogos José Luis Fuentes, Luis Benítez de Lugo y Manuel Moreno. Además, alumnos de universidades de Madrid, Granada y Roma han participado también en las excavaciones este verano.
El objetivo del Ayuntamiento de Albaladejo es convertir Puente la Olmilla en un museo y centro de interpretación en 2023, coincidiendo con el 50 aniversario de su descubrimiento. «El Consistorio va a colaborar en todo lo que esté en su mano porque este proyecto puede suponer un revulsivo muy importante para mantener vivo este pueblo, ya que el turismo atrae al dinero», afirma la alcaldesa, Elena Castillo. No faltan tampoco mecenas. Un vecino ha comprado una parcela anexa al yacimiento para ampliar las excavaciones, y otro ha donado 15.000 euros para contratar a arqueólogos y propiciar la presencia de estudiantes universitarios.
Rescatar el pasado para asegurar un futuro - Foto: Tomás Fernández de MoyaEl arqueólogo José Luis Fuentes, de la empresa Oppida, va un paso más allá y aboga por establecer sinergias con otros municipios de la comarca y crear una ruta de villas romanas. Recuerda que además de Puente la Olmilla y Casa Paterna, Terrinches cuenta con la Villa del Calvario y la Ontavia. La hoja de ruta a seguir pasa por la adquisición de los terrenos colindantes para continuar con la investigación; realizar un plan director en 2021, donde se establezcan los criterios de conservación y proyección a la sociedad; y reclamar los mosaicos que no están expuestos en el Museo Provincial de Ciudad Real (el de los Leopardos es el más conocido) «para volver a instalarlos en su sitio original y dotar a la villa de todo el lujo y dignidad». Para poder llevar a cabo este ambicioso proyecto, apunta Fuentes, es necesario la connivencia de todas las administraciones, incluida la asociación Tierras de Libertad.
nuevos descubrimientos. Tras casi dos décadas de excavaciones arqueológicas, Puente la Olmilla quedó en el olvido a principios de la década de los 90 del pasado siglo y no fue hasta 2016 cuando se volvieron a retomar los trabajos. El yacimiento, lleno de maleza, presentaba «ejemplos flagrantes de expolio de patrimonio», pero también «enormes potencialidades» detectadas gracias a las pruebas de georradar y planimetría 3D realizadas.
«Estamos ante un conjunto monumental de más de 4.000 metros cuadrados», enfatiza José Luis Fuentes para añadir que esta villa es «un claro ejemplo de explotación del territorio en el ámbito rural durante la época romana», con un señor o dominus que era «autosuficiente», pues cultivaba cereal y producía vino y aceite, la triada mediterránea). Además, atendiendo a los restos hallados, «es probable que se dedicara al comercio de ganado y carne» aprovechando su ubicación junto a la vía de los Vasos de Vicarello, «una superautopista de la época antigua que comunicaba el sur de Hispania con Roma». «En el Mosaico de los Leopardos aparece un emblema con un hierro de marcar reses en su interior», apunta el arqueólogo de Oppida.
Rescatar el pasado para asegurar un futuro - Foto: Tomás Fernández de MoyaLas excavaciones de este verano se han centrado fundamentalmente en las termas, elemento de prestigio y ostentación para las élites, donde no se descarta que aparezcan nuevos mosaicos. Los trabajos realizados han revelado la presencia de un completo ‘circuito termal’, con pequeñas piscinas donde el dominus y sus invitados disfrutaban de baños a diferentes temperaturas: en el caldario (agua caliente), tepidario (templada) y frigidario (fría).
El otro gran descubrimiento es la presencia de restos de alfares de terra sigilata hispánica, lo que revela la presencia en la actual Albaladejo de un horno para fabricar esta «cerámica de vajilla fina», inédito hasta la fecha en toda la comunidad autónoma.
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