El pasado 23 de marzo se aprobaba en el Senado la nueva Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional. La ministra de Educación y FP, Pilar Alegría, se felicitaba momentos después asegurando que la nueva norma «supone una puerta abierta a empleos de calidad para los jóvenes», y que los trabajadores puedan «contar con el reconocimiento de su experiencia».

Este hecho ha supuesto un paso, y muy largo, en el impulso público a una enseñanza que tradicionalmente ha estado estigmatizada. Considerada como la «hermana pequeña» de la educación, el «patito feo» de la formación, o la alternativa para los que «no valían» para estudiar una carrera universitaria. Eso se ha oído en este país, y en esta región, durante muchos años. Jaime Zarco, profesor de Fabricación Mecánica en el IES Condestable Álvaro de Luna de Illescas, en Toledo, reconoce que a finales de los años 80 la FP estuvo muy devaluada por no experimentar una adecuación tecnológica, a pesar de que las maestrías allá por los 60 y 70 estaban «muy reconocidas socialmente».

Parece que esa condición va regresando y hoy esta formación es de las más demandadas por los estudiantes y por las empresas que exigen especialización y cualificación. Capacidades que no solo se aprenden en los libros desde el aula, que también, sino que se ven complementadas con una formación y experiencia práctica, necesaria en el desempeño de cualquier actividad. «Va específicamente dirigida al mundo laboral» afirma sobre esta formación.

FP y FP Dual, enseñanzas de prestigio con impacto en empleo

Para Zarco, en los últimos años se ha producido una «apuesta seria» por parte de las administraciones, y «actualmente estamos recibiendo muchísimo apoyo y reconocimiento», conscientes de que la FP tiene «un hecho diferenciador» en cuanto a la tecnología. Este profesor pone un ejemplo significativo: «hace unos años éramos nosotros los que teníamos que salir a buscar a las empresas, y ahora son las empresas las que vienen a los institutos a buscarnos», asegura, para forjar esa colaboración de estudios y práctica. «Cada semana recibimos una oferta de trabajo o petición de titulados en nuestras especialidades», añade. No en vano, el número de matriculados en FP en Castilla-La Mancha se ha incrementado en los últimos años, pasando de casi 30.000 en 2015 a los más de 38.000 de este curso, es decir, un 27% más.

Formación Continua. Es una condición indispensable. Poder enseñar las últimas tecnologías a los alumnos exige en el profesorado una formación continua. Una necesidad de «adaptación y evolución» de los conocimientos para seguir siendo útiles al mercado de trabajo.

Supone un reto y a la vez un aliciente para estudiantes y profesores, que deben estar formándose continuamente y más ahora, que están surgiendo sectores y familias profesionales que hace apenas unos años no existían. Desde la Consejeríaa de Educación de Castilla-La Mancha aseguran que los programas evolucionan con el propio desarrollo del curso para garantizar esa adaptación y formación lo más actualizada posible para el alumno.

Hoy, algunos de los sectores que demandan más esa cualificación y tecnificación los encontramos en esa combinación de mecánica y digitalización. «La automatización en los procesos productivos va a ser brutal», asegura Zarco, que ve en la automoción y movilidad eléctrica un nicho de mercado espectacular. También en la informática y la robótica, la mecatrónica o la electricidad. Estamos ante una «revolución tecnológica» que va a condicionar la FP en los próximos años.

Un paso más. Pero la formación profesional ha dado un paso más en ese intento de adaptarse al mercado de trabajo. La FP Dual es un modelo más exigente que va más allá de la formación en el aula y las prácticas. Es la formación en la empresa.

El alumno accede a la empresa no ya como parte de unas prácticas al terminar el ciclo. Lo hace durante su formación, desde el primer día, formando parte de esa compañía y accediendo desde el primer momento a las herramientas, maquinaria y tecnología que va a necesitar. «La empresa actúa como agente formativo» explica Ignacio de Benito, Senior Project Manager de la Fundación Bertelsmann, y le da al alumno una experiencia laboral que adquiere «mientras se titula». Para De Benito la FP Dual es un «modelo de éxito» porque ofrece al alumno ese aprendizaje necesario para su empleabilidad. Pero también para la empresa porque le da la mano de obra específica que necesita para un puesto de trabajo concreto, con un trabajador ya formado y con el perfil adecuado. Y para el profesorado porque estando en contacto con la empresa sus conocimientos están actualizados.

La FP Dual «está creando la cantera del presente y del futuro»y está dando al empresariado los perfiles que hasta hace poco les costaba mucho tiempo conseguir. «Es muy difícil que un centro educativo tenga la tecnología o la maquinaria que utiliza una empresa» apunta, y pone el ejemplo del vehículo eléctrico que está en constante cambio y los centros no pueden asumir el coste de un coche de esas características. Es ahí donde el alumno consigue los conocimientos específicos y derriba los muros que tradicionalmente había entre la empresa y el centro educativo. «Aquí no hay muros, hay puentes» señala Ignacio de Benito, donde «el conocimiento fluye hacia un lado y hacia el otro».

No obstante, señala que estamos aún muy lejos de las tasas de matriculación en esta modalidad de lo que lo están en países de nuestro entorno, siendo Alemania el más paradigmático. «Aún nos queda mucho por hacer, los datos hablan de que solo el 4% del alumnado que hace FP en España lo hace en FP Dual». Sin embargo, «ahora el viento sopla a favor de toda la FP y se ven las ventajas del modelo» afirma, con una ley que «le da un carácter dual a toda la FP, va a ser el revulsivo final para que toda la FP se tiña de Dual».

Ignacio de Benito cree que en España debemos seguir aumentando «músculo de perfiles técnicos» para dar respuesta a las demandas del mercado laboral, dado que este tipo de profesionales gozan de una elevada empleabilidad.

«La formación profesional está en un momento muy dulce y la FP Dual, aún estando lejos de las cifras en las que debería estar, este cambio legislativo le va a dar el empujón para que dentro de diez años estemos hablando de cifras muy distintas a las de la actualidad», y le de a la economía española ese mejor encaje entre la oferta y la demanda de perfiles laborales.

La Formación Profesional ha registrado un constante crecimiento de matriculados

En conversación con La Tribuna, la consejera de Educación, Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Rosa Ana Rodríguez, detalló la evolución que ha experimentado esta formación en los últimos años en la Comunidad, poniendo de manifiesto que desde el año 2015, ha registrado un incremento del 27% en el número de matriculados. Eso supone que los cerca de 30.000 alumnos de aquel año (26.383 matriculados en ciclos formativos en la modalidad presencial y 3.441 a distancia), se ha llegado en este curso que acaba de concluir, 2021-2022, a los 31.408 alumnos en la modalidad presencial y 6.608 estudiantes a distancia. Es decir, más de 38.000 alumnos.
Para la consejera, «se está llevando a cabo una modernización de la formación profesional para adaptarla cada vez más a las necesidades actuales de los entornos productivos de la región», poniendo en valor la aprobación de esta ley que, en su opinión, «viene a dar respuesta a esas cualificaciones profesionales y a atender las demandas de los sectores profesionales».
Es verdad que la Formación profesional ha experimentado en los últimos años una «revolución» en términos de aceptación social. «Se está llevando a cabo una modernización de la formación profesional para adaptarla cada vez más a las necesidades actuales de los entornos productivos» en la región, y desde Castilla-La Mancha se ha sabido impulsar esa apuesta ante las distintas necesidades del mercado. «Tenemos claro que hay que impulsar la FP en todas sus variantes», asegura Rodríguez como responsable del Ejecutivo en esta parcela, consciente de que «el secreto de la FP es su capacidad de acomodarse a las necesidades del mercado», ya que son enseñanzas que «combinan muy bien la teoría con la praxis», algo indispensable en un entorno en el que «los perfiles profesionales están cambiando y están cambiando de forma muy rápida, y cada vez más».
En el caso de la FP Dual, para este curso 2022 se han desarrollado 283 proyectos en Castilla-La Mancha, y más de 1.000 empresas han apostado por ella, con 91 centros educativos que han llegado a más de 3.000 alumnos. «Son datos que hablan de la buena salud de la FP Dual» afirma la consejera, toda vez que se ha pasado de 16 proyectos en el año 2012 a 283. «Supone un desarrollo significativo», afirma.
Es por eso que Rosa Ana Rodríguez mantiene la apuesta por la formación profesional en la región, convencida de ser un modelo que favorecerá el desarrollo económico y social de Castilla-La Mancha en los próximos años, con la implicación de centros, profesores, empresas y administraciones. «Los proyectos tienen éxito cuando hay un esfuerzo colectivo como es este caso», concluye.