Ante la falta de precipitaciones y la llegada próxima de las altas temperaturas, la comisión mixta del Parque Nacional de Las Tablas plantea un nuevo trasvase para mantener con vida el humedal. Una propuesta que está encima de la mesa para «introducir agua» a un parque que en los últimos años sufre una sequía extrema. A finales de invierno se llegó con una lámina mínima de agua, y ahora se estudia cómo afrontar la primavera y el verano. Y para mantener vivo el parque, no se descarta derivar agua a Las Tablas a través de un nuevo trasvase o mediante el bombeo. De no llegar las intensas lluvias, «una de las cosas sucederá a comienzos de mayo», asegura a La Tribuna el director general de Medio Natural y Biodiversidad, Félix Romero. Si en los meses de marzo y abril no se producen precipitaciones se tendrá que derivar agua para llegar al verano con un mínimo de entre 50 y 60 hectáreas encharcadas.
Tras finalizar las dos últimas derivaciones de tres hectómetros cúbicos cada una a través de la Tubería de la Llanura Manchega al parque, a fecha de primeros de marzo Las Tablas contaba con unas 270 hectáreas inundadas de las más de 1.700 que conforman la superficie inundable y ofrecía unos datos de fauna «muy relevantes» para la poca agua que tiene. Aún así, la «cantidad de fauna y la representatividad de todas las especies es importante, y está», señala Romero, quien recuerda además las obras de restauración llevadas a cabo en la Isla del Pan y que ha supuesto un «éxito» para recuperar el entorno de «manera significativa». Por ello, continúa diciendo, la solución del trasvase es importante para que el parque siga funcionando como lo que debe ser, un humedal fundamental para el funcionamiento de la avifauna y los ciclos ecológicos de las especies migratorias».
La comisión mixta, que se reúne de forma periódica, volverá a analizar la situación y a debatir ese nuevo trasvase a finales de marzo. De solicitarse, será el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico el organismo que dará la autorización definitiva a esa solicitud. En uno de esos últimos encuentros, la comisión mixta remitió a finales de febrero al ministerio que dirige Teresa Ribera un escrito en el que se expone que a la hora de realizar un trasvase es «importante hacerlo a través de la Tubería por su mayor eficiencia a la hora de introducir agua al parque nacional», como se ha comprobado con los dos últimos. «Es mucho más eficiente introducir el agua a través de la Tubería, que llega directamente al parque, que hacerlo a través del río Cigüela, pues este agua se infiltra de manera muy significativa y finalmente llega muy poca agua a Las Tablas», argumenta Romero al tiempo que recuerda que es una de las conclusiones de la comisión.
Un planteamiento al que están de acuerdo más de 500 científicos, quienes han firmado un manifiesto en defensa del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en el que piden al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, salvar este importante humedal del centro peninsular desde el conocimiento científico. Un manifiesto que el director general de Medio Natural y Biodiversidad, Félix Romero, calificó de «importante» para salvar un parque que «se encuentra en situación crítica desde hace varias décadas debido a la sobreexplotación del recurso hídrico en el conjunto de las masas de aguas subterráneas en el Alto Guadiana», un problema, reconoce, que es competencia de «muchos grupos de interés, no solo de un Gobierno sino también de agricultores y de todas aquellas personas que interactúan en el territorio».
No hay atisbos de que el acuífero recupere sus niveles de sostenibilidad a largo plazo, por lo que los científicos señalan que sería necesario asegurar un caudal regular de 17 hectómetros cúbicos de agua al año que asegure sus necesidades ecológicas. Para ello, defienden que ese volumen se complete cuando sea necesario a través del Tajo-Segura, como está establecido legalmente, mientras se buscan alternativas hídricas para el ecosistema mientras se buscan alternativas hídricas tanto para el ecosistema como para los regadíos basadas en el aprovechamiento de otras fuentes potenciales como el reciclado y la reutilización de las aguas residuales que se generan en el entorno, la captación de agua de lluvia a gran escala o la cosecha del vapor de agua.
Los firmantes argumentan que, por razones hidrogeológicas, el bombeo de agua del acuífero en el entorno local del humedal genera un suministro de agua limitado que solo sirve para humectar los suelos secos y reducir los riesgos de combustión de la turba, pero por si solo no mantiene la inundación del ecosistema.
Desde el Gobierno regional entienden esta defensa científica, y que es la que se defiende en la comisión mixta como «herramienta de gestión del parque y que ha demostrado que es viable para ser eficientes en el uso del agua».