Antonia Cortés es una firma fija en la sección de opinión de este diario desde 2005. Años antes lo fue como redactora. Ahora desempeña sus funciones de periodista en Madrid, aunque nunca ha roto sus lazos con la provincia. Este viernes vuelve a su ciudad para presentar en el Museo López Villaseñor (19.30 horas) su libro Desde mi ventana, formado con una selección de artículos publicados en estas páginas de 2013 a 2022.
¿Cuándo surgió la idea de este libro, Desde mi ventana?
La idea surge por parte de algunos amigos. Hace ya bastantes años que hago la columna todos los miércoles y hasta que no se publica al día siguiente no puedo mandarla ni colgarla en ningún sitio. Mis amigos me comentan que era una pena que eso se fuera perdiendo, y por qué no lo recopilaba en un libro. Hasta 2021 no pensé que, a lo mejor, era el momento. Se lo planteé a Huerga y Fierro, que también editó mi libro anterior, que era de poemas, me dijeron que sí y nos pusimos a trabajar en ello.
El libro lo forma una selección de artículos, ¿cómo se hace una criba entre los textos de tantos años?
Reconozco que fue difícil y también que hubo poco tiempo para hacerlo porque cuando le planteé a Huerga y Fierro publicar el libro, me dijeron: «Sí , y rápido. A ver si llegamos a la feria del libro de este año». Eso fue hace un año ya. Pero lo de empezar a pensar en el libro fue en 2021. Fue complicado porque empecé a escribir mis columnas en 2005. Entonces la directora era Conchi Sánchez y me mantuvieron los demás directores hasta el actual, Diego Murillo. No es posible imaginar desde 2005 la cantidad de artículos que han salido de mi mano. Tuve que poner una especie de tope y limitar el libro desde 2013 como un modo de dedicarle el libro a mi padre, porque fue el año en el que falleció, con lo cual son artículos de la última década, hasta junio de 2022.
Durante estos años ha escrito sobre multitud de temas, ¿cuáles han sido sus focos de interés?
En el libro no sigo ningún orden cronológico ni tampoco sigo ninguna temática; va de todo un poco de las cosas que en estos últimos años me han interesado, que me han afectado. He intentado mezclar las cosas, tanto el periodismo, que es mi profesión, como la literatura, que es mi vocación. La mayoría de los artículos, prácticamente todos, son relatos que tienen una base real a la que le añado un poco de literatura. Lo que intento es reflejar el sentimiento que esa noticia ha podido transmitir, bien a mí, a otras personas o al protagonista que lo ha vivido. Hay amor, ternura, venganza, alegría. Hay hechos reales, como puede ser el atentado de Mánchester (2017) o la pandemia, en un artículo en el que hablo de la primavera.
En la literatura, cuando se recoge algo anterior, llega la tentación de hacer retoques, ¿ha retocado algún artículo?
No he retocado nada. Únicamente si de repente he visto que faltaba una coma, a lo mejor he corregido eso, pero no. No he retocado, puesto que el libro recopilaba artículos ya publicados.
Es de Ciudad Real, pero reside en Madrid, ¿cómo es esa relación con el periódico?
La relación es bonita, empezó en 2005 y estamos en 2023. Cuando me ofrecen publicar en La Tribuna, no me lo pienso. En ese momento estaba muy débil, acababa de terminar la quimioterapia y no sabía si iba a tener fuerzas. Escribir aquí es como mantener el cordón umbilical con mi tierra. Yo también fui redactora del periódico en la época de Manuel López Camarena. Ahora todos los miércoles dedico un tiempo a escribir este artículo a contrarreloj. Pero ese momento merece la pena.
¿Cómo va a ser esa presentación en Ciudad Real de esta semana?
Creo que he tenido muchísima suerte porque me acompañará gente maravillosa como fueron los que me acompañaron en la presentación en Madrid. Esta vez, en Ciudad Real, vuelvo a ser una privilegiada, además de Charo Fierro, que es la editora, vienen conmigo dos grandes escritores, Rafael Soler y Joaquín Pérez Azaustre.