El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel se resiste a morir. La falta de lluvias registrada en los últimos seis años, unida a la sobreexplotación por la agricultura del acuífero 23, que abarca 5.000 kilómetros cuadrados, y del que depende el parque, había llevado a una situación crítica a este importante humedal, que el pasado mes de agosto tenía menos de 60 hectáreas encharcadas. No llovía, y los episodios de sequía llevaron al humedal manchego a pedir agua con urgencia para poder sobrevivir.
Con ese objetivo, el pasado 17 de agosto comenzó a recibir agua del trasvase Tajo-Segura a través de las pruebas del sistema de abastecimiento de la Llanura Manchega. En total, tres hectómetros cúbicos autorizados de un primer trasvase que, tras comenzar a bombear a mediados de agosto, dará paso a un segundo de otros tres hectómetros cúbicos que comenzará en «los próximos días», como así aseguró a La Tribuna el director general del Medio Natural, Félix Romero, quien recordó que con estos dos trasvases el parque contará con alrededor de unas 300 hectáreas encharcadas de las más de 1.700 que conforman la superficie inundable.
A fecha de hoy, y según los datos aportados por el Gobierno regional, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel conserva las 250 hectáreas encharcadas con las que dio la bienvenida a 2023, lo que supone un 14,42 % del total inundable. Mientras, el pasado 1 de noviembre, el humedal manchego tenía 118 hectáreas, es decir, un 6,8% de la superficie encharcada, como así se refleja en el informe de la situación de sequía y escasez en la cuenca hidrográfica del Guadiana que elabora la Confederación Hidrográfica.
Cabe recordar que las medidas propuestas en el PES (Plan Especial de Sequía) para mitigar la afección al parque nacional que provoca la reducción de los aportes a las Tablas de Daimiel son la puesta en marcha de los pozos de sequía para suministro de recursos al parque, con un volumen máximo anual de extracción de 10 hectómetros cúbicos al año más dos adicionales de concesiones propias del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, o el suministro de recursos desde el trasvase Tajo-Segura en el caso de que sea necesario. Los sondeos de emergencia, recuerda la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) en su informe, se han activado en varias ocasiones desde el año 2020. La última en el año 2021, cuando aportaron a Las Tablas más de 230.400 metros cúbicos de agua en ocho días con el objetivo de ralentizar la desecación de la zona inundada entre el Molino de Molemocho y el Ojillo.
Un humedal que conmemora este año su 50 aniversario como parque nacional. Un acto que debe servir, según Ecologistas en Acción (EA), para sensibilizar a la sociedad sobre la «agonía» del espacio. José Manuel Hernández, miembro de la Asociación Ojos del Guadiana Vivos, recuerda en declaraciones a La Tribuna que Las Tablas de Daimiel logró su declaración como parque nacional en 1973, y desde entonces, lamenta, «ha sido y sigue siendo un desastre, una estafa y una tomadura de pelo», por lo que su 50 aniversario «debe suponer una segunda oportunidad para hacer mejor las cosas».
Petición de ampliación.
En este sentido, avanzó que se pedirá ampliar el parque a todas las tablas fluviales conocidas, como mínimo a todas las del Guadiana desde los Ojos hasta Alarcos y a la mayor parte de las del Gigüela, desde el Parque actual hasta las Tablillas del Záncara. También se pedirá que se cambie el nombre del espacio protegido y pase a llamarse Parque de las Tablas y los Ojos del Guadiana, porque según argumentó, beneficiaría considerablemente a la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda. Diferentes iniciativas que trasladaron al Gobierno a través de una marcha reivindicativa, organizada por la asociación, que se celebró el pasado 14 de enero desde las inmediaciones de los Ojos hasta la entrada del parque nacional con el fin de denunciar los 50 años de «agonía» del parque. Asimismo, el pasado 20 de enero se impulsó la recogida de firmas a través de la plataforma change.org para solicitar al Ministerio de Transición Ecológica (Miteco) la ampliación del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel. Hasta la fecha de ayer, se han recogido ya más de 3.000 peticiones en seis días.
«En estos cincuenta años se ha demostrado que esto no funciona y que la regeneración hídrica nunca se ha producido, ya que a pesar de que a día de hoy Las Tablas tienen agua no es de manera natural, ya que los ríos como el Guadiana y el Cigüela están secos», lamentan.