Detrás del espejo 'mágico'

Manuel Espadas
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El grupo de investigación dirigido por Juan Carlos López y María José Santofimia en Ciudad Real ultima el lanzamiento de una novedosa herramienta digital orientada al cuidado de la salud de las personas mayores

Detrás del espejo ‘mágico’ - Foto: Tomás Fernández de Moya

Tener en el salón de casa un espejo inteligente, un asistente virtual con el que poder hacer una videollamada con un familiar, atender las indicaciones de personal sanitario o tener controlados parámetros del hogar como la temperatura, el consumo eléctrico o la apertura de puertas y ventanas, ya no es algo que suene a película futurista de ficción. En ello llevan trabajando desde hace tres años un amplio grupo de 24 investigadores, al frente del cual están Juan Carlos López, catedrático de la Escuela Superior de Informática de Ciudad Real, y María José Santofimia, profesora titular. Un proyecto de investigación, denominado en su totalidad 'Miratar' y bajo el título particular de 'Sistemas Ciberfísicos para la Economía de los Cuidades' -CHASE-, al que en la última convocatoria del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España se le ha concedido una financiación de 343.160 euros, la cifra más elevada de todos los proyectos subvencionados de la Universidad de Castilla-La Mancha.

El equipo de Mitarar lleva trabajando duro desde antes de la pandemia en esta pionera iniciativa, que con esta financiación, procedente de fondos europeos Next Generation, recibe un definitivo impulso que le llevará a presentar su producto ya depurado este 2023. Un espejo 'mágico' que ya funciona de manera experimental en cuatro domicilios de Portugal, uno en Torrecampo y en la residencia de mayores El Salvador, en Pedroche, ambos municipios cordobeses. El siguiente paso será instalarlo en casi una treintena de hogares de pacientes de las consultas de Geriatría de los hospitales de Albacete y de Getafe, que dispondrán de una herramienta que en estos momentos se está perfeccionando y puliendo en los laboratorios, despachos y talleres del Instituto de Tecnología de Sistemas de Información del Campus de Ciudad Real.

El objetivo de este heterogéneo grupo investigador, formado por nueve profesores, egresados que están realizando su tesis doctoral y personal contratado, es conseguir una plataforma informática de teleasistencia lo más mimetizada con el hogar posible para el cuidado de personas de avanzada edad que vivan solas, que recabe e interprete la información a través una serie de discretos sensores repartidos por el hogar y que portará el propio paciente, a modo de pulsera, botón... «Hemos intentado crear una tecnología que no fuera invasiva para recabar información del paciente, para que se puedan tomar decisiones y ayudarle», resume el catedrático Juan Carlos López. Y qué mejor que elegir el formato de espejo, discreto y agradable a la vista, y, ante todo, intuitivo y fácil de manejar para el usuario. Un espejo que «va a monitorizar tanto lo que es la vida en el hogar como la salud física», resume María José Santofimia, profesora titular en Informática.

Detrás del espejo ‘mágico’Detrás del espejo ‘mágico’Información como la tensión arterial del usuario, parámetros de diabetes, ritmo cardíaco o disfunciones motoras, o el estudio de sus movimientos en el hogar y alerta sobre posibles caídas. Todo ello mediante una red sensórica que vuelca sus datos en el espejo, desde donde además podrán recibir consejos y órdenes de profesionales sanitarios, buscando una prevención que podría ser vital en situaciones de riesgo. «Lo importante no es la enfermedad, sino el enfermo», afirma Juan Carlos López, que destaca que esta capacidad de anticiparse a problemas de salud graves conllevaría también «un ahorro en los costes para la sanidad pública», confiando en que este espejo llegue a ser empleado por el sistema público de salud en un futuro.

Además de todo ello, el proyecto incluye la posibilidad de realizar videollamadas desde el propio espejo de un modo muy sencillo y que no acarreará ningún obstáculo digital para su usuario, al margen de su edad: se les proporcionará tarjetas personalizadas con sus contactos familiares o sociales más cercanos para que la acerquen al espejo y se establezca la conexión. «La socialización es fundamental para la salud mental, y más en las personas mayores, que cada vez se ven más aisladas por la dependencia de las nuevas tecnologías», afirma Santofimia.

Su precio.

Desde el grupo investigador se calcula que este prototipo tendría un coste cercano a los 2.000 euros, aunque su precio de mercado sería mucho más competitivo en el caso de entrar en los canales de producción comercial. Además, como apunta Félix Jesús Villanueva, miembro del equipo, este espejo podría ser una herramienta susceptible de préstamo o alquiler, para atender al usuario «en un momento de convalecencia o tratamiento puntual, sin la necesidad de tener que adquirirlo en propiedad». La idea es que llegue a estar al alcance de todos. 

Detrás del espejo ‘mágico’
Detrás del espejo ‘mágico’ - Foto: Tomás Fernández de Moya