Los embalses de la provincia de Ciudad Real acaban el test del verano en caída libre, con cuatro hectómetros cúbicos menos, respecto a la anterior semana, y con avisos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana de que si sigue sin llover, habrá que tirar de trasvases para asegurar el agua para beber en Ciudad Real, Almagro o Bolaños de Calatrava. El último parte que habla del ‘estado de salud’ de los embalses ciudadrealeños rebaja sus reservas de agua a 193,1 hectómetros cuando el año pasado había 100 hectómetros más, 290. Centrando la mirada en la CHG, los pantanos ciudadrealeños apenas llegan al centenar de hectómetros acumulados cuando tienen capacidad para almacenar casi 400.
La Tribuna realiza un recorrido por los embalses ciudadrealeños de la CHG donde si el otoño es seco pueden aparecer problemas de abastecimiento. Desde la propia Confederación del Guadiana se admite una «preocupación razonable» teniendo en cuenta las precipitaciones en lo que va de año. Si nada cambia en septiembre, el año hidrológico concluirá con una precipitación media de un 16% inferior a la media de los últimos años con zonas metidas de lleno en los que es posible hablar de sequía meteorológica, donde el déficit hídrico supera el 25 por ciento. Allí está buena parte de la mitad oeste de la Península, incluido Madrid, Extremadura, el oeste de Castilla-La Mancha y Andalucía; zonas de Castilla y León, puntos aislados de La Coruña, del Pirineo oscense, de Murcia y de Almería; así como en todas las islas del archipiélago canario excepto de Fuerteventura y el norte de Tenerife.
«Las aportaciones -de lluvia- a lo largo de este periodo han sido muy poco significativas y los embalses tienen una capacidad sobre el total del 26% acumulado», admite el presidente de la CHG, Samuel Moraleda en declaraciones a La Tribuna. El alerta, la conexión del Gasset y Torre de Abraham, donde ya a 1 de agosto el estado de sus reservas abría la puerta a la declaración de una situación «excepcional por sequía extraordinaria», esto es, en cualquier momento solicitar al Gobierno un real decreto para declarar la sequía con la posibilidad de tomar medidas de situación excepcional por sequía para garantizar los usos. En el Gasset, la señal de alerta se activaría a partir de los 14 hectómetros cúbicos. entonces habría luz verde para trasvasar agua. «Cuando veamos cómo se van desarrollando los distintos escenarios, previsiblemente se tendrá que hacer una transferencia de recursos desde Torre de Abraham a Gasset. Eso está previsto, son decisiones que se adoptan en las juntas de explotación, en función de la situación de cada embalse, se ordena la transferencia de recursos de uno a otro», asegura Moraleda.
La sequía aflora en los pantanos - Foto: Pablo LorenteGasset y Torre de Abraham son la cruz como también Vega del Jabalón, con un volumen del 15%, «muy pequeño, aunque es verdad que tenemos garantizado el abastecimiento a todo el Campo de Calatrava» admite el presidente del organismo de cuenca que espanta los fantasmas de restricciones: «De momento, no hay ningún riesgo de desabastecimiento de población desde los embalses que gestiona el organismo de cuenca».
Por su parte, el embalse de La Cabezuela, que abastece a Valdepeñas y otros municipios de la comarca, en estos momentos está al 33,2 % al retener 14,2 hectómetros cúbicos. En el caso del embalse de Puente Navarro, que se encuentra aguas abajo del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y ayuda a mantener la inundación del espacio protegido, almacena 0,3 hectómetros cúbicos y está apenas al siete por ciento de su máxima capacidad. Este verano, la Asociación para la defensa de los humedales manchegos ‘Ojos del Guadiana Vivos’, anunció su intención de solicitar al Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel «medidas cautelares» ante la situación de sequía que vive el parque.
Precisamente para evitar estas situaciones, desde la CHG recuerdan la existencia de los planes de sequía, cuyo objetivo fundamental «es anticiparnos a situaciones que comprometerían los recursos y contemplan las medidas oportunas para minimizar los posibles impactos en el medio ambiente, la economía o la sociedad ante eventuales episodios de sequía como en el que nos encontramos actualmente».
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La cara de esta situación es la que ofrece el pantano de Peñarroya, que almacena 39,4 hectómetros cúbicos, por lo que se encuentra al 79 % de su capacidad, mientras que el embalse de Puerto Vallehermoso, que retiene a día de hoy 5,7 hectómetros cúbicos, está al 81,9% de su capacidad.