Pedro Muñoz recibe el archivo histórico de 'La Harinera'

Ana Pobes
-

La Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas (Fibbic) dona este fondo recuperado en la rehabilitación de la antigua fábrica. Documentos de valor guardados en 24 cajas

Pedro Muñoz recibe el archivo histórico de ‘La Harinera’

Pedro Muñoz tiene ya en sus manos el archivo histórico de la antigua fábrica de harinas, hoy convertida en centro cultural bajo el nombre de ‘La Harinera’ tras un proceso de rehabilitación. La Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas (Fibbic) ha donado al municipio este archivo recuperado durante el proceso de rehabilitación de la fábrica, que estuvo en funcionamiento entre 1930 y 1985. Documentos de gran valor del siglo XX que se guardan en 24 cajas tras haber llevado a cabo un  minucioso proceso de limpieza, extracción de objetos metálicos, mejora en los dobleces, catalogación y embalaje, según explica la Fundación en su página web.

Un fondo que alcanza los cuatro metros de longitud y que se encontraba «esparcido en el suelo, con una gran suciedad de polvo además de dobleces y roturas y manchas ocasionadas por diferentes agentes (óxido de los objetos metálicos, manchas de humedad y de tinta)». Dentro de la tipología documental encontrada cabe destacar; facturas y albaranes, correspondencia diversa, libros de contabilidad, agendas y diarios. Documentos de «importante valor» para el estudio histórico de la actividad realizada por esta fábrica en su contexto espacio-temporal.

La concejala de Turismo, Marisol Izquierdo, y la técnico del área, Isabel Sánchez, señalan, en declaraciones a este medio, que La Harinera es un Espacio Cultural- Museo, ya que «además de la fábrica como zona museográfica se encuentra el apartado más cultural con la realización de diferentes actividades como exposiciones, conciertos, obras de teatro, cine, etc». Una joya cultural «única en su ejemplo que queda en la región, ya que las demás son más modernas», comenta Sánchez y por la que han pasado alrededor de 4.000 personas desde 2017, «año en el que el Ayuntamiento la adquirió en propiedad».

Todas las fábricas de harina, recuerda Sánchez, tenían su propio archivo como nóminas, facturas y una especie de biblioteca de catálogos de los modelos de entonces.  Así, durante las labores de inventariado, según la Fundación y antigua propietaria, se intentó seguir un orden cronológico en el embalaje de las cajas, sin embargo, la imprevisión en los hallazgos ocasionó algún desajuste, previamente documentado. Una vez clasificados fueron guardados de forma provisional en cajas de cartón y llevados a una atmósfera más limpia y adecuada. El Ayuntamiento trabaja ahora en la catalogación y digitalización de una «pequeña joya que nos lleva a saber perfectamente cómo funcionaba la fábrica hace cientos de años. Una documentación muy valiosa sobre todo para expertos y estudiosos». De momento, aclara la edil de Turismo, se desconoce cuánto tiempo durará este proceso, pues «hay que tener cuidado con toda la documentación antigua con más de cincuenta años, y por lo tanto no hay una fecha marcada para su finalización». Y es que, continuó diciendo, aunque esté en perfectas condiciones siempre hay que tener cuidado con la documentación . «Eso es un dogma para cualquier archivero», puntualiza Sánchez, quien aclara que hasta que no se finalice el proceso no se sabrá si hay algún documento que resalte por encima de otro. «Hasta entonces es muy difícil saberlo», insiste.