El legado de la ingeniería tiene en la Escuela de Caminos de Ciudad Real a unos grandes aliados que trabajan no sólo en aras a su conservación, sino también a que su conocimiento y su historia perduren de generación en generación por parte de los alumnos y del conjunto de la ciudad. Con esta filosofía, la Escuela recogió el guante de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Ciudad Real y del Museo del Ferrocarril Madrid Delicias para albergar las piezas que iba a albergar el Museo del Ferrocarril de Ciudad Real, un proyecto frustrado después de que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) reclamase al Ayuntamiento la devolución del edificio de la antigua estación del parque de Gasset.
De aquello hace ya un año y hoy en día, tras la mudanza que llevaron a cabo los Amigos del Ferrocarril de Ciudad Real, es ya una realidad en forma de una exposición que verá la luz en breve, en un acto de inauguración en el que se prevé la presencia de todos aquellos que han contribuido a la conservación de dicho patrimonio.
Pero no sólo eso. La Escuela de Ingeniería de Caminos ha situado justo a la entrada de su edificio un hito kilométrico que viene a recordar este tradicional elemento que se instalaba en las carreteras del país y que se está retirando en los últimos años debido a la posible peligrosidad que suponen en algunos casos.
Guardianes del legado de la ingeniería - Foto: Tomás Fernández de Moya«Somos sensibles con el patrimonio de esos elementos que fueron determinantes para la ingeniería de Caminos hace años, incluso hace siglos, y que se puedan visitar», afirmó la directora de la Escuela, Ana Rivas, acompañada de los profesores José María Coronado y Javier Rodríguez.
En este sentido, Rivas se refirió a las llamadas que han recibido en los últimos meses de diferentes asociaciones y organismos para solicitar la colaboración de la Escuela de cara a la preservación de elementos como los que iban a configurar el fallido Museo del Ferrocarril de Ciudad Real, de manera que ya puede verse en el interior de este edificio del Campus.
En la muestra se puede ver desde un carro apagafuegos que estuvo en funcionamiento desde 1901 a 1925, hasta una espectacular maqueta ya desplegada y con elementos led de la línea de alta velocidad en su tramo desde Córdoba hasta Brazatortas, hasta una antigua báscula en el que se pesaba el equipaje de los pasajeros, una caja fuerte que es toda una reliquia de tiempos pasados o una mesa de enclavamiento tipo Siemens, entre otros que son fruto de esa donación para su custodia y que serán visitables tanto para los estudiantes de la propia Escuela como para todos aquellos que tengan interés por ellos.
Guardianes del legado de la ingeniería - Foto: Tomás Fernández de MoyaDel mismo modo, en relación al hito, Coronado explicó que una de las líneas de investigación en la Escuela es la relativa al patrimonio de la ingeniería civil y señaló en concreto el proyecto con el que cuentan para poner en valor las carreteras, por lo que tras distintas reuniones surgió la posibilidad de recuperar uno de los hitos kilométricos, los que se pusieron en España a partir de los años 40, cuando se dio el nombre a las carreteras nacionales, comarcales y locales, dijo. Muchos de estos elementos están ya en parques de maquinaria o en almacenes del Ministerio, pero «gracias a la colaboración del Ministerio y el Colegio de Caminos, lo repintaron, pusieron el logo de la escuela y le pusieron la indicación de la N-430, que es la que tenemos más cercana».
Pero no sólo se trata de conservar y exponer elementos, también de transmitir a los alumnos el valor de ese patrimonio que tanto supuso para la ingeniería en su época. De esta labor se encarga Javier Rodríguez, profesor de Historia Estética y quien indicó que «una buena manera de acercar a los alumnos a la historia y la estética de la ingeniería civil es a través de la reflexión sobre el patrimonio de la obra pública, es decir, analizando la obra pública desde una aproximación patrimonial se puede empezar a entender la obras pública en su dimensión histórica y estética».