La Audiencia Provincial ha condenado a Marius Cristian Goiceanu, de origen rumano, a 19 años de cárcel por violar a una mujer, causarle lesiones y robarle el teléfono móvil y un reproductor de CD tras llevársela por la fuerza a un descampado la noche del 20 de junio de 2015 después de cruzarse con ella en una calle de Manzanares.
El testimonio de la mujer en el juicio fue desgarrador. «Pensé que me mataba, que había llegado mi fin», dijo ahogada en llanto tras relatar que en un principio no sintió miedo, pero conforme se acercaba el hombre se puso un poco nerviosa porque le vio raro. «Pensé que iba a pedirme tabaco o a preguntarme algo». Nada más lejos de la realidad.
La Audiencia de Ciudad Real juzga probado que Marcus Cristina Goiceanu se acercó a la mujer e intentó besarla, hecho que ella impidió preguntándole qué es lo que hacía. En ese instante sonó el teléfono móvil de la víctima y le dijo que era su hijo, que había quedado con él con el fin de que el hombre se marchara. Sin embargo, se puso nervioso y la cogió de forma violenta por el cuello. La arrastró hasta un descampado pese a la resistencia que oponía la víctima, que llegó a caerse varias veces. Pero el hombre no desistía, «la agarró fuertemente el cuello, llegando a dejarla sin respiración, tapándole también la boca y la nariz con una de sus manos», al tiempo que la golpeaba con el puño la cabeza. Luego empezó a darle golpes contra la pared, donde tras la denuncia la Guardia Civil encontró restos de sangre de la mujer. Para evitar que gritara le echaba tierra en la boca.
El agresor la tiró al suelo y la violó. La mujer llegó a perder el conocimiento. De hecho sólo denunció la paliza. Los agentes de la Guardia Civil la llevaron al médico y fueron éstos los que vieron que había sido violada. El ADN le delató. En un principio fue detenido otro compatriota y un año después se pudo resolver el caso. En 2019 fue detenido en un pueblo de Murcia tras una pelea. Golpeó a una persona con un bate de béisbol, se le tomaron muestras de ADN con su permiso y se enviaron a la base de datos policial. Un año después saltaron las alarmas, pudo ser detenido y más tarde ser juzgado.
Condena en costa. La Audiencia de Ciudad Real también le ha condenado en costas y al pago de 23.733 euros por daños y secuelas. La cantidad que pidió el abogado, Juan Aparicio, que ha defendido a la víctima. Solicitó una cantidad mayor que el Ministerio Fiscal en base al informe de los médicos forenses.
El letrado ha expresado a este diario su satisfacción por la sentencia condenatoria de 19 años de cárcel y el pago de la responsabilidad civil. Para el letrado es importante porque se ha hecho justicia y la víctima va a poder empezar a recuperarse, a tratar de olvidar el brutal, degradante y humillante ataque.
Capital. El testimonio de la mujer fue capital y determinante «la prueba directa del informe de las biólogas del Instituto Nacional de Toxicología» que analizaron y compararon el ADN del acusado con los restos de semen hallados en la vagina de la mujer.
El ahora condenado, en la sala de vista de la Audiencia de Ciudad Rea donde fue juzgado - Foto: Rueda VillaverdeEl perfil genético del encausado Marius Cristian «coincidió» con los restos de esperma objeto de análisis. «El ADN permitió dar con el autor de los hechos enjuiciados», descartándose cualquier otra teoría porque ni siquiera se puede atribuir a hermanos porque no los tiene, subrayó la fiscal en su informe final tras elevar a definitivas sus conclusiones provisionales y pedir al Tribunal una sentencia condenatoria para el procesado por violación, lesiones y robo con violencia.
El abogado Juan Aparicio mantuvo en el juicio que el procesado se llevó a la víctima por la fuerza, contra su voluntad, hasta un descampado desértico y falto de luz sin dejar de darle golpes una y otra vez cuando ella se resistía y trataba de huir. Para acallar sus gritos le echó tierra en la boca. A causa de la violencia ejercida por el agresor la mujer llegó a perder el conocimiento en varias ocasiones y, quizá, por ello sólo denunció ante la Guardia Civil la brutal agresión, pero no la violación. Tal vez se desmayó por los golpes e intentos de asfixia o su mente lo borró como mecanismo de defensa. Fueron los médicos forenses los que al reconocerla recogieron muestras de semen para el análisis de ADN. Los resultados han sido concluyente y la Audiencia de Ciudad Real le ha condenado a 19 años de cárcel.