¿Cómo serán las clases en caso de brote?

C.S.Rubio
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En caso de 'cerrar' de nuevo las aulas, se recomienda priorizar los trabajos en grupo y aquellos que faciliten el autoaprendizaje y la simulación de experiencias. ¿Exámenes online?, cuanto menos, mejor

¿Cómo serán las clases en caso de brote? - Foto: Pablo Lorente

A un mes de la vuelta al cole,  una pregunta recorre la inmensa mayoría de los hogares con menores en edad escolar: ¿Qué va a pasar con las clases si hay un brote Covid? Más aún tras la semana que está a punto de terminar, en la que el ‘cierre’ de ciudades como Aranda de Duero se ha convertido en el espejo en el que muchos ya han comenzado a mirarse.

La premisa de cara a septiembre es la presencialidad. Es la postura que defiende tanto el Ministerio de Educación como el Gobierno de Castilla-La Mancha, especialmente para los menores de 14 años. No obstante, el virus obliga a tener un ‘plan B’ en el cajón.  

Los centros llevan todo el verano trabajando en la elaboración de un plan de contingencia de cara al inicio de curso, en el  que se incluye la ‘zonificación’ de sus espacios. Cada curso o etapa educativa (dependiendo del tamaño del centro), tendrá delimitadas sus áreas de recreo, de comedor, de uso del pabellón… así como sus propias zonas de paso y de aseo. En caso de que se detecte algún positivo, esta ‘compartimentación’ permitirá,  al menos sobre el papel, aislar solo al grupo afectado.

Pero, ¿de quién dependerá la decisión de poner en cuarentena a todo un centro o solo a una parte del mismo? Las instrucciones sobre medidas educativas para el curso 2020-2021, presentadas a finales de julio por la Consejería de Educación, lo dicen muy claro: Sanidad tendrá la última palabra. Todos los colegios y e institutos de la región deberán contar con un responsable encargado de informar a las autoridades sanitarias de cualquier posible riesgo, además de disponer de una ‘zona de aislamiento’ en caso de localizar a un posible contagiado. Ya se ha habilitado una línea 900 para facilitar esta comunicación directa entre los centros y los responsables sanitarios.  

En un posible escenario de cierre parcial del centro, la premisa seguirá siendo la presencialidad para el alumnado no afectado. Eso sí, sin descartar medidas más generales como la de cancelar temporalmente servicios como el comedor, el aula matinal o las residencias escolares.

Y en caso de un aumento de los contagios, también se podría optar por combinar las clases en el aula con la formación no presencial (es decir, unos días se iría al centro y otros no), por suprimir horas de clase (nunca en las asignaturas troncales) o por trabajar con grupos más reducidos. En  todo caso, se  recomienda que la carga lectiva se realice en el aula y en casa se complemente el aprendizaje con trabajos, lecturas o tareas.

¿Pero qué pasará si hay que cerrar todo el colegio o instituto? Pues que las aulas volverán a los salones de cada casa, pero parece que ya con algunos cambios con respecto al pasado marzo. De momento, la Junta de Comunidades ha puesto sobre la mesa un plan de digitalización exprés, valorado en 28 millones y que contempla el reparto de 45.000 portátiles, cerca de 14.500 tabletas, 10.000 routers, 2.000 webcam y más de 360 paneles interactivos. Cifras que, por lo pronto, cubren a todos los alumnos con beca.

En septiembre todos los centros revisarán el material informático y los dispositivos tecnológicos disponible para alumnos y docentes en caso de necesidad.  La planificación de cómo y a quién entregar estas herramientas deberá estar lista en las primeras semanas de clase.

Tras las cifras de este plan de digitalización está la necesidad de garantizar la educación a distancia en caso de que volviera a ser necesario. Con el inicio de curso, Castilla-La Mancha tiene previsto estrenar una nueva plataforma educativa, que sustituirá al a todas luces obsoleto Papas 2.0, que se quedará como canal de comunicación entre docentes y familias. Una plataforma, aún sin nombre, que contendrá un entorno virtual y otro colaborativo con el que trabajar a distancia. Tendrá, además, una versión para móvil, visto que ha sido el teléfono la principal herramienta de trabajo para muchos padres y alumnos el pasado curso.

Esta plataforma se complementará con el uso de otros programas como Microsoft Teams (muy útil para desarrollar clases online) o Moodle (enfocado sobre todo a Secundaria y Bachillerato). Algunos de estos programas ya se comenzaron a utilizar a finales del curso pasado, tras hacerse la Junta de Comunidades con la licencia.

Y es que, la experiencia de los últimos meses ha sacado a la luz el talón de Aquiles de la educación pública: la falta de contectividad. Una ‘brecha digital’ que impidió avanzar contenidos y el seguimiento constante de los alumnos durante los meses de confinamiento.  

Así, tras el stand by del tercer trimestre del curso pasado, Educación plantea ahora seguir avanzando temario en caso de confinamiento. Eso sí, delimitándolo a los “contenidos básicos e imprescindibles”.

También se trata de acabar con situaciones como las vividas entre marzo y junio en muchos lugares, cuando el ‘contacto’ entre docente y alumno se limitó a la remisión de tareas por correo electrónico. Como se insiste en la orden de inicio de curso, la enseñanza no presencial “no se debe basar de manera exclusiva en el envío de tareas sin otra intervención docente, sino que habrá que procurar acompañar al alumnado en el proceso de aprendizaje”. ¿El objetivo? “Detectar las posibles dificultades que puedan existir, anticipándose a las mismas”, según se explica desde la Junta.

Y en el caso  de que  el  alumno  por  motivos  de  salud  o  de  aislamiento  preventivo  no  pueda  asistir  con  carácter presencial  a  las  clases,  los  centros deberán  proporcionar los planes  de  trabajo  que  sean  precisos. Se recomienda aquí la coordinación de la respuesta a través del tutor, con el asesoramiento del equipo de orientación  “y sin olvidar prestar una especial atención al apoyo emocional que pueda requerir el alumnado y sus familias”.

En cuanto a cómo se evaluará en ‘modo virtual’, se quiere priorizar los trabajos en grupo y aquellos que faciliten el autoaprendizaje y la simulación de experiencias. ¿Exámenes online?, cuanto menos, mejor. Además, no es aconsejable reproducir los horarios presenciales en el modelo no presencial.

El tutor será este curso, más que nunca, una pieza clave del sistema. Por un lado, desde el primer día de curso deberá obtener información del alumnado que durante el curso pasado estuvo desconectado o no localizable y, por tanto, no pudo seguir con normalidad su proceso de aprendizaje. En aras de lograr que el nuevo curso sea continuador del  anterior, desde Educación se recomienda que en Educación Primaria se mantenga la continuidad del tutor o tutora, siempre que sea posible.

A todo ello se sumará la contratación de 3.000 docentes extra desde el inicio de curso y en estos días ya ha arrancado un plan de obras valorado en algo más de 10 millones de euros, que se centrará en la reforma de aseos, la habilitación de nuevos espacios y la mejora de la ventilación de los centros. Medidas que, sí o sí, deberán estar listas de cara al 9 de septiembre, fecha oficial de inicio de curso en la región.