Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


Treinta años oculto

30/04/2024

Era todavía oscuro cuando en la mañana del sábado 12 de abril de 1969, Manuel Cortés salió de su escondrijo en el pueblo de Mijas. Junto con su esposa Juliana, se dirigió a la cercana Málaga para entregarse a la Policía. Los encarnizados odios sembrados por la Guerra Civil fueron tan prolongados que Cortés se había ocultado en el seno de su familia durante 30 años. Su odisea había comenzado el 16 de abril de 1939, dos semanas antes de terminar la guerra. Después de servir en el Ejército republicano, volvió a Mijas, donde había sido alcalde. Socialista de toda la vida, le aterrorizaba que lo detuvieran los franquistas y lo ejecutaran. Por ello, a la edad de 54 años, se escondió en una pensión que regía su padrastro. Se ocultaba en una diminuta habitación con vistas a la calle disimulada tras una pared. Tenía el sitio preciso para permanecer de pie o sentarse en una silla. Juliana colocó un cuadro sobre el agujero de la pared que Manuel utilizaba como puerta cuando salía por la noche para dormir. Dos años más tarde, la mujer se mudó a una casa nueva en la que su marido dispuso de un piso entero. Allí permaneció hasta el 28 de marzo de 1969, cuando quedaron definitivamente amnistiados todos los delitos cometidos en la Guerra Civil. Esta historia cuenta con un precedente todavía más afortunado. En octubre de 1940, Franco se entrevistó con Hitler, quien deseaba convencerle para que se alineara con el Eje en la Segunda Guerra Mundial. Pero los dos dictadores no se entendieron, las conversaciones terminaron sin acuerdo y España se mantuvo al margen del conflicto. 
Y ahora para los que les encanta la mentira, el cuento, el embeleco, los embustes, la fábula y las falsedades, para los que les va las imposturas, invenciones, paparruchas, patrañas y no digamos las trolas. Están de moda las acepciones que hemos mencionado y analizar las que mejor definan el juego de los personajes elegidos. Cuento es todo chisme, enredo o invención que se dice a una persona con deseo de engañarla o ponerla a mal con otra persona, es una mentira de pura invención donde juega un papel importante la malicia humana. Embeleco es un engaño que supone en quien lo dice o hace intención de provecho interesado mediante la mentira. La falsedad es todo lo que carece de verdad y autenticidad: «Cosas venían en el proceso de sus dichos -se lee en Santa Teresa de Jesús- que son grandísima falsedad por qué nunca tal pasó». Invención como sinónimo de mentira es toda ficción, engaño o cosa labrada en la propia imaginación «respondióle- dice Cervantes- que un beneficiado de aquel pueblo tenía gentil caletre para semejantes invenciones». Y por último, infundio es término que se aplica a cualquier noticia falsa como sinónimo de bulo o mentira. Y en esas estamos.