La adopción internacional cae por cambios en terceros países

Hilario L. Muñoz
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La Asociación de Adopción de Castilla-La Mancha recuerda el largo proceso, siete años, y recomienda a las familias que deben registrarse cuando decidan ser padres

La adopción internacional cae por cambios en terceros países - Foto: Fotos Rueda Villaverde

Los cambios económicos en muchos países, el cierre de las fronteras tras el COVID y los cambios legislativos han llevado a un cambio en las cifras de adopción internacional, con solo dos adopciones realizadas en otros países durante este 2023 por familias de la provincia de Ciudad Real. Así lo señalaron la presidenta y el vicepresidente de la Asociación Castellano-Manchega de Adopción (Amada), Gabriela Mateos y Francisco Javier Rueda, quienes explicaron que han recopilado estas cifras ante la celebración del Día Nacional de la Adopción. 

«Ha habido un descenso gigantesco en la adopción internacional», señaló el vicepresidente, poniendo el acento, por ejemplo, en China, que se ha reconvertido en una potencia económica, y ya ha dejado de ser «un recurso» para la adopción internacional, por lo que ha cerrado. Igual ocurre con Rusia, tras el conflicto ucraniano; en India, donde solo se pueden adoptar menores «con necesidades especiales»; o en Sudamérica, donde una serie de sucesos ha llevado a dar garantías a los menores. Por último, resulta complicado la adopción en países musulmanes, donde no se contempla esta práctica, por lo que África también está casi vetado. Además, hubo muchas familias españolas cuyo proceso de adopción se vio truncado durante los años del coronavirus, sin poder viajar al país de origen de los menores.

Estos cambios económicos y en las fronteras hacen del otro tipo de adopción, la regional, el único recurso para las familias que quieren ser padres y buscan la adopción o no pueden por razones biológicas. El problema, en este caso, es doble, ya que la espera es larga, ahora se está evaluando la idoneidad, una parte del proceso, de quienes se registraron en 2016. Por lo tanto, siete años después, se empieza a llamar, lo que provoca que las personas que se plantearon entonces ser padres, han podido cambiar su situación económica o de la pareja y renuncian, pero además existe una problemática con los bebés en adopción, ya que la normativa marca que la edad entre adoptantes y menores no puede superar los 45 años y las familias por la espera lo superan. 

Por este motivo, los responsables de Amada, asociación regional con sede en Ciudad Real, señalan que se debe dar el paso en el registro al inicio de la paternidad, si surge alguna complicación biológica. La gente se plantea tener hijos e inicia el tratamiento de fertilidad, que puede suponer dos años, más luego la espera de la adopción, pueden pasar nueve años. «Si te planteas tener hijos con 40 años, que es lo que se está planteando ahora la gente, el proceso puede finalizar cuando se tiene 49, y ya no se pueden adoptar un bebé, ni menores de cuatro años». De ahí que haya necesidad de familias más jóvenes para bebés o necesidades especiales, donde entran, además de discapacidad, otras situaciones familiares relativas al menor. 

Los responsables de Amada recuerdan que antes se acudía a lo internacional por «la prontitud», unos dos años, pero las dificultades y el coste económico llevan a que la adopción regional se mantenga en cifras similares, independientemente de la caída de las cifras de maternidad. 

«Es necesario un plan educativo»

Desde Amada recuerdan que una de las grandes reivindicaciones del colectivo de familias en adopción es contar con «un plan educativo integral» para los niños en adopción, ya que «tienen una adversidad temprana» que afecta a todo su ámbito personal. La asociación lleva años ofreciendo charlas a educadores y orientadores, con el objetivo de que se tenga en cuenta esa «diferencia» que implica pasar, por ejemplo, de un hogar de acogida a otro de adopción. Igualmente, recuerdan, por ejemplo, las dificultades que entrañan ejercicios como un árbol genealógico para estas familias en adopción. 

Otra reivindicación es que haya una normativa nacional para familias adoptantes, ya que hay diferencias, incluso, en el juzgado en trámites administrativos tras la adopción, como puede ser el cambio de los apellidos del menor, pero también en esos ámbitos educativos, en cuanto a los apoyos que reciben las familias adoptantes.

Además, la entidad se encuentra estudiando un cambio de estatutos, con el objetivo de incluir a los menores adoptados, como socios, y recuerda que ofrece atención psicológica y apoyo a familias antes y después de la adopción. Su web es amadaclm.es.