Pasadas las nueve de la noche, y con el sol aún perezoso por acostarse, la Morena del Prado se hizo luz en el entorno de la catedral antes de pasear su belleza por las principales arterias de la capital. Momento en el que también hubo espacio para la oración por «nuestras intenciones» y las del papa Francisco sin olvidar a aquellas personas enfermas, ancianas e impedidos que no pudieron disfrutar de su contemplación.
Luciendo el manto de tisú de platas con aplicaciones de oro confeccionado en Écija por Joaquín Ojeda y regalado por el pueblo con motivo del noveno centenario de su aparición, la Virgen de tez tostada apareció flanqueada por dos infinitas filas de velones blancos y numerosos devotos que asistieron con fervor a su llegada. «Alcanzaremos las 15.000 personas frente a las 10.000 del año pasado», aseguraba Rafael Cantero, secretario de una Hermandad de la Virgen del Prado que cuenta con 1.200 miembros y 350 aspirantes que, una vez cumplida la mayoría de edad, entrarán a formar parte de la misma.
Eusebio Navarro y Casimiro Molina, los mecánicos encargados de reparar la carroza en 2013 cuando se rompió la rótula de la dirección, se estrenaron llevando un paso embellecido por el blanco inmaculado de las flores. «Aquel 15 de agosto veníamos a alumbrar a la Virgen y acabamos ayudando a que pudiera salir», explicaba Navarro. «Está en nuestro recuerdo porque no todos los días sucede algo así», apostillaba Molina incidiendo en el «privilegio y orgulloso» que supone colaborar de forma activa como conductores.
Asimismo, entre las novedades, figuraban los ciriales del cuerpo de acólitos en sintonía con la nueva pértiga. «Otros años nos los prestaban desde otras hermandades», señalaba Cantero. El reencuentro con la Virgen del Prado se tornó emocionante; y, en su procesionar, destacaron momentos como el que refleja su cartel anunciador: la Virgen del Prado llegando a la catedral con las bengalas encendidas en el paseo.
Emotiva fue también la lluvia de pétalos y fuegos artificiales desde el balcón de la casa de hermandad de la Flagelación en la plaza Mayor, corazón de la capital. Allí Ciudad Real se rindió a su patrona en un despertar de pasiones.
Zamora acompaña a la patrona de Ciudad Real como alcaldesa
La procesión se desarrolló con toda solemnidad y bajo la luz de los cirios portados por algunos devotos, para concluir en la catedral, última etapa del multitudinario recorrido nocturno. Tras los hermanos mayores y la comitiva eclesiástica, aparecían las autoridades municipales con la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, a la cabeza, dando cumplimiento a lo anunciado hace unas semanas: limitar a cuatro procesiones al año, entre ellas la de ayer, la participación institucional. Las otras tres serán la Romería de Alarcos, la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo y la del Corpus.
Zamora acudió a la cita con la Morena del Prado acompañada por la mayoría de miembros del equipo de Gobierno. Así, entre otros, se pudo ver a Alberto Lillo (que se hacía cargo del estandarte), Nicolás Clavero, Matilde Hinojosa y Manuela Nieto. El Grupo Municipal Popular estuvo representado por Miguel Ángel Rodríguez, Aurora Galisteo, Javier Eneraldo Romano, Pedro Lozano y Pedro Martín y no la exalcaldesa Rosa Romero, que sí estuvo pero a título personal entre los fieles; mientras que por parte de Ciudadanos se presentó Pedro Fernández Aránguez.
Los ediles de Ganemos, formación que pidió al PSOE que no acudiera a actos religiosos, no estuvieron, como era de esperar, presentes en la procesión en honor a una Virgen del Prado que permaneció desde primeras horas de la tarde de ayer a los pies del altar. Zamora, en cambio, ya avisó que no acudirá a la procesión del día de la Octava.