El guardapasos de la calle Quevedo está más tranquilo una vez concluida la Semana Santa, pero aún así, la actividad ha sido constante durante estos días con los preparativos para los traslados de las imágenes, además del desmontaje y limpieza de los distintos elementos.

Francisco Javier Moyano, vicemayordomo de la Hermandad de la Flagelación, explica que lo más difícil es desmontar y limpiar el palio. «Lleva muchas más velas, con lo que se mancha más y luego hay que desmontar los candeleros uno a uno», explica sobre el paso de la Virgen del Consuelo.

En cambio, el misterio resulta mucho más sencillo. «Tenemos la suerte de que la imagen de Jesús de la Bondad, no es de vestir», aclara el segundo responsable del material de la Hermandad.

Otra de las cofradías que ha estado realizando diversos trabajos en el depósito de la calle Quevedo es la de LaSoledad, cuyo prioste, Manuel Monteagudo, detalló que el desmontaje del paso sirve también para hacer «un repaso a conciencia de todos los elementos del paso para asegurarse de que no hay nada deteriorado y arreglar lo que sea necesario antes de guardarlo».

Por revisar se mira hasta el último centímetro del terciopelo del palio, «no vaya a ser que haya saltado algo de cera en el momento de bailar el paso o cualquier otra cosa», advierte.

Parte del material se trasladará más adelante a la Casa de Hermandad, mientras otros elementos se quedan en el mismo guardapasos, en los armarios de los que disponen las cofradías.

El proceso de desmontaje es completo en el paso de la Virgen de la Soledad, no sólo se retira el palio y las bambalinas que lo rodean, también se desarman los candeleros y todos los elementos que le dan la forma con que sale a la calle.

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