La cacería de los príncipes Guillermo y Enrique en La Garganta genera controversia

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La prensa inglesa relaciona la actividad con la campaña contra la actividad furtiva que protagoniza el príncipe Guillermo en su país

Fotograma del vídeo de la campaña contra la caza furtiva. / - Foto: LT

El fin de semana de cacería que los príncipes de Inglaterra, Guillermo y Enrique, han pasado en la finca ciudadrealeña de La Garganta ha sembrado de controversia los rotativos británicos, que han subrayado la coincidencia en el tiempo de esa actividad con la presentación de una campaña contra la caza furtiva en la que participa el segundo en la línea de sucesión al trono británico, el príncipe Guillermo.

Ayer se lanzó de manera oficial la campaña en la que Guillermo, junto con el príncipe Carlos, instan a los líderes mundiales a luchar contra la caza furtiva y el comercio ilegal de especies animales, asegurando que «mañana será demasiado tarde» para salvar a las especies que se encuentran en peligro de extinción.

Además del vídeo que centra la campaña, el príncipe Guillermo tiene previsto participar en la conferencia que acogerá en unos días Londres sobre la comercialización de marfil. Al final del mencionado vídeo, que se proyectará en la conferencia, los príncipes Guillermo y Carlos repiten un mensaje en varios idiomas, entre ellos el castellano, que dice: «Vamos a unirnos por la fauna».

Algunas publicaciones británicas han aprovechado el viaje de Guillermo y Enrique a Ciudad Real para subrayar «la contradicción» que puede suponer que se lance una campaña contra la caza furtiva al tiempo que los príncipes participan en una cacería de ciervos y jabalíes en la finca ciudadrealeña.

ECOLOGISTAS. La visita del heredero al trono británico a La Garganta también ha provocado que Ecologistas en Acción recuerde las reivindicaciones que viene realizando en los últimos tiempos respecto a la finca La Garganta. «En el que se dice el mayor coto de caza de Europa no parecen regir las

leyes democráticas: caminos públicos cerrados durante décadas, vallados ilegales, hermetismo para la mayoría de los cuerpos de seguridad y trato de favor de las autoridades», recuerdan.