Noviembre Teatro se despidió del Festival de Teatro Clásico de Almagro con un Hamlet, en el año 2004 para reaparecer ocho años después, en el último fin de semana de la 35 edición de la muestra almagreña, con otro Shakespeare, Twelve Nigth; una divertida comedia que Eduardo Vasco, acompañado por Yolanda Pallín, en la versión del texto, y de Lorenzo Caprile, al vestuario, ha moldeado a su antojo hasta convertirla en una pieza con personalidad propia, dinámica y desenfadada que cautiva al público a ritmo de music-hall.
La propuesta de Eduardo Vasco resulta fresca de principio a fin, sencillamente porque la ha despojado de los ropajes caducos (él siempre fue de innovar sobre el escenario), para revestirla después de una contemporaneidad que sitúa esta versión a finales del siglo XIX y con un lenguaje tan sencillo que el espectáculo llega sin problema al que mira sea éste o no experto en teatro clásico. Y todo ello sin perjudicar la esencia del texto del autor inglés, que sigue hablando de los enredos que suele encerrar amor, como consecuencia de esa habilidad propia del hombre (el ser humano) de no decir las cosas claramente. Viola, el duque Orsino y Olivia, son el trío amoroso en torno al que gira esta rítmica comedia que no para de crecer y que el espectador recibe con buen ánimo y mejores risotadas.
En el papel de Viola, Beatriz Argüello, que mudará de género por exigencias de la historia (de mujer a hombre), con la excusa de conseguir el amor del duque Orsino, interpretado por Daniel Albaladejo, quien con acierto consigue convencer al público de la confusión que le provoca darse cuenta de que cada vez se siente más atraído por su secretario y menos por Olivia (interpretada por Rebeca Hernando).
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