Un proyecto que dará comienzo el 15 de septiembre y en el que participará una docena de investigadores de las universidades Autónoma y Complutense de Madrid, del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (Cenieh) y de la Universidad de Adelaida (Australia).
El responsable de la excavación, Javier Baena, catedrático de Prehistoria y director de la Unidad de Cultura Científica de la UAM, afirma que junto con otros yacimientos también estudiados por la Autónoma, como los conjuntos de Ahijones y Cañaveral (Madrid), «El Sotillo es uno de los pocos yacimientos del Paleolítico inferior que se conocen en el interior de la Península Ibérica en una situación estratigráfica que permite la conservación de los materiales arqueológicos en ambientes poco alterados y en óptimas condiciones de estudio». El interés de este yacimiento deriva también de «la existencia de niveles musterienses y achelenses con altas concentraciones de industria».
Por estos motivos, la investigación de El Sotillo «puede contribuir con resultados fundamentales para contrastar el carácter africano del achelense del suroeste de Europa y para discutir la coexistencia de distintos tecnocomplejos en el Paleolítico medio europeo». «La posibilidad de obtener dataciones numéricas sólidas para este singular yacimiento será muy importante para profundizar en la discusión de las relaciones entre el Paleolítico del sur de Europa y el del continente africano», añade el investigador.
presupuesto. El proyecto aprobado por el Gobierno de Castilla-La Mancha para este ejercicio lleva por título ‘El yacimiento de El Sotillo en el contexto del Paleolítico de la cuenca del Guadiana’ y cuenta con un presupuesto de 19.500 euros y una subvención autonómica de algo más de 12.000. Permitirá desarrollar este mismo año una segunda campaña de excavación que amplíe los datos obtenidos en el año 2017 en que se iniciaron los trabajos.
El objetivo de los trabajos desarrollados durante la pasada campaña, que estuvo codirigida por Javier Baena y por Manuel Santonja y Alfredo Pérez González, del Cenieh, fue establecer la secuencia estratigráfica de este yacimiento achelense, situarlo en el contexto geológico de la región y valorar el interés que podía ofrecer su estudio en profundidad. Los trabajos realizados permitieron confirmar el enorme interés de este yacimiento y la existencia de niveles con altas concentraciones de industrias achelense y del Paleolítico medio, lo cual pone de relieve su especial importancia, ya que «apenas se conocen secuencias de estas características en el Pleistoceno medio de la Península Ibérica».
Las estratigrafías estudiadas aportaron información significativa en relación con los procesos sedimentarios y confirmaron que la industria de los dos niveles identificados se encuentra en una situación que permite la conservación de los materiales arqueológicos en ambientes poco alterados y en óptimas condiciones de estudio.
En este punto, Baena insiste en que la primera excavación permitió documentar en Ciudad Real, un espacio de ocupación achelense junto a un antiguo arroyo en la actual zona de Malagón, «comunidades del Paleolítico inferior que se asentaron en este emplazamiento y explotaron los recursos de la zona dejando constancia de su enorme habilidad a la hora de elaborar un conjunto de herramientas complejo, entre los que dominaron los bifaces y los hendedores».