Cuando la necesidad aprieta es el momento de exhibir coraje y personalidad, de dar un paso al frente y enseñar los dientes. Pero el CD Ciudad Real estuvo ayer muy lejos de su mejor versión en un partido gris ante el Mora (1-3) en el que concedió demasiado y demostró poco. La consecuencia fue una derrota que evidenció la impotencia del Deportivo y la posibilidad desperdiciada de comenzar a sacar la cabeza de las últimas posiciones.
Al menos no se le pudo achacar falta de valentía al planteamiento. El Deportivo apostó por un esquema ofensivo con Fleky y Eimard en los extremos, Crístofer y Jesute creando peligro en el centro de la zaga rival y con Juanfri cumpliendo las funciones de creación en el centro del campo. Había que ir a por los tres puntos y el premio llegaba en forma de gol tras un pase de Crístofer desde la banda que conseguía peinar hacia atrás Jesute sorprendiendo al experimentado Buyo. Pintaba bien la cosa para los blanquiazules.
Pero el Mora es un equipo que sabe adaptarse a cualquier situación. Tiró de la calidad de sus hombres de arriba para poner en aprietos al CD Ciudad Real en la especialidad del equipo de Kiko Vilches: el balón parado. En dos saques de falta estuvo a punto de conseguir la igualada; en el primero el cabezazo de Moha se marchaba ligeramente desviado y en la segunda David Belmonte tuvo una rápida salida para evitar un remate claro de Javi Sánchez. Precisamente en un saque de falta llegaba el tanto visitante cuando Barbosa, casi desde el centro del campo, lanzaba directamente al área con la esperanza de encontrar una cabeza amiga, pero Belmonte, demasiado blando en su salida y obstaculizado por Sergio, veía cómo el balón se colaba en la portería.
barbosa, genio y figura. El Deportivo, obligado por un sincero sentido de responsabilidad, dio un paso adelante, pero era justo lo que el Mora necesitaba para sentirse aún más cómodo en el campo. Bien replegados atrás, a los morachos sólo les bastaba con aprovechar la calidad y rapidez de sus jugadores de ataque para darle la vuelta al marcador, y así, a cinco minutos del descanso, Barbosa culminaba con clase una veloz transición con un disparo cruzado. Los toledanos se mostraban como un conjunto eficaz de la mano de su extremo izquierdo, un hombre que se incorporaba el pasado mes de diciembre al Mora procedente del Tudelano de Segunda B.
Tocaba pelear para volver a entrar en el partido. Al menos el CD Ciudad Real iba a comenzar la segunda parte con ventaja numérica sobre el campo después de la expulsión del visitante Rodri por una agresión a Ramos. El colegiado, de espaldas a la acción, fue advertido por su asistente y no dudó en mostrar la roja.
Pero el partido tenía un protagonista: Barbosa. El jugador se limitó a avisar nada más comenzar la segunda parte en una contra que finalizó con un disparo cruzado que heló la sangre a los jugadores del Deportivo, y poco después obligaba a Belmonte a sacar con el puño un balón que se colaba en la portería tras un saque de falta botado por el futbolista visitante. El Mora no parecía acusar el hecho de estar con uno menos.
Pudo empatar el conjunto de Parras en un saque de falta que Noel peinó hacia atrás sin fortuna. También de cabeza Ramos tuvo su oportunidad en un córner, pero Buyo atrapaba el balón en la línea de gol.
Lo intentaba el Deportivo, pero la tibieza de la defensa local hizo un gran regalo al Mora cuando el balón le caía a los pies de Moha para marcar a placer después de que Sergio, el hombre alto de los toledanos, le ganase la partida a Noel. Por si fuera poco Juanfri fue expulsado por protestar al árbitro en el 68 y el Deportivo perdía así a su jugador más creativo.
Al menos Rafi Fornalino, con la ilusión del debutante, puso algo de luz entre las tinieblas, y de su ímpetu nació un penalti que cometió el central Javi Sánchez sobre Jesute. Podía volver a meterse en el partido el Deportivo, pero el lanzamiento de Crístofer obtenía una magnífica respuesta de Buyo. La afición, desencantada, comenzó a abandonar las gradas del Juan Carlos I, y con el partido ya decidido, el palo evitó que la victoria visitante fuese más abultada.
Con esta derrota prosigue la maldición de Parras, y es que cuando el técnico no se ha podido sentar esta temporada en el banquillo el equipo no ha puntuado. Ante el Daimiel la próxima semana en un partido vital por la permanencia, el vallisoletano cumplirá el tercero de los seis choques de sanción con los que ha sido castigado. Cambiar este dato será fundamental para la supervivencia del CD Ciudad Real.